Vacunar a niñas y niños contra la Covid-19, un derecho humano

PERSPECTIVA21

Verónica Juárez Piña

 

Con el inicio del ciclo escolar 2021-2022, el 3 de enero los estudiantes de educación básica retomaron las clases presenciales que habían recibido en línea o en modalidad híbrida, debido al cierre de actividades por la pandemia.

La reanudación de las clases presenciales ya era indispensable para garantizar plenamente el derecho a la educación de las niñas y niños y terminar con las situaciones negativas que se habían generado por el aislamiento.

De acuerdo con la UNESCO, en México la cancelación de las actividades escolares presenciales afectó a 32,908,290 estudiantes de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) y a pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Educación Pública para implementar un esquema virtual que supliera las clases en las aulas, diversos factores afectaron el rendimiento escolar de las y los alumnos, pero eso sólo es una parte de los problemas provocadas por el aislamiento.

De acuerdo con este organismo de las Naciones Unidas, el largo confinamiento tuvo al menos tres consecuencias tanto para estudiantes como docentes.

El primero es que se generó una crisis de aprendizaje y abandono escolar en virtud de que, en todo el mundo, el trabajo en línea redujo las horas de enseñanza en aproximadamente 40%. Ello, más la falta de habilidades y recursos digitales de al menos un tercio del alumnado para acceder a la educación en línea, ha ocasionado que una generación de escolares pierda los avances ganados en los últimos 5 años y que muchos no regresen a estudiar.

Antes del COVID-19, en México había 5% de niñas y niños fuera de la escuela, pero esto aumentó con el confinamiento, sobre todo en adolescentes y jóvenes de nivel medio superior, así como en estudiantes pobres, indígenas, migrantes, refugiados y con discapacidad.

Otro aspecto fueron las amenazas para la salud. Las dificultades económicas que experimentan las familias a raíz de la recesión económica mundial ocasionan la malnutrición para quienes dependen de las comidas escolares como fuente fiable de alimentación. A esto se añaden los riesgos sobre el bienestar mental de niñas y niños y adolescentes, como estrés, depresión, adicción a la tecnología, aislamiento social y suicidio.

Un dato adicional, fue el aumento de violencia y maltratos en la familia, especialmente para las mujeres. Esto incluye la exposición a contenidos digitales inapropiados, el acoso cibernético, el abuso sexual y la explotación laboral, fenómenos que se acentúan en los contextos de mayor pobreza y desigualdad. Se estima que, en el mundo, a raíz de la crisis, este año podrían caer en la pobreza extrema entre unos 50 millones de niñas, niños y adolescentes.

De tal manera que la UNESCO recomienda el retorno a clases presenciales porque favorece la igualdad de oportunidades y la motivación por seguir aprendiendo; salva vidas, al transmitir información vital, formar en las aulas hábitos, valores, actitudes y habilidades para el autocuidado; promueve el vínculo social; brinda servicios para la salud y el bienestar integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes; amplía los espacios protegidos y seguros para la cohesión social y la práctica de la cultura, la recreación y el arte de las comunidades; y permite identificar a quienes necesitan más ayuda en el aprendizaje.

Sin embargo, tal importante es atender el derecho a la educación de las niñas, niños y adolescentes, como lo es su derecho a la salud, sobre todo en el marco del incremento de contagios provocados por la nueva variante del virus SARS-CoV-2, Ómicron, que está causando estragos en todo el mundo y un nuevo cierre parcial de actividades.

La Secretaría de Salud ha informado que, en México se registraron 33 mil 626 nuevos contagios, lo que representa la cifra más alta desde agosto del 2021, cuando el país atravesaba por la tercera ola de la epidemia. Es, decir, ésta es la cifra más alta desde que inició la contingencia sanitaria en el país y los contagios seguirán al alza, de acuerdo con la tendencia registrada tanto en Estados Unidos como en Europa.

Por eso es muy importante que el Gobierno Federal autorice se vacune contra la Covid-19 a mayores de cinco años. En este momento, son el grupo de la población más vulnerable porque no han recibido ninguna dosis y se incorporan a las actividades escolares presenciales en un momento de gran riesgo de contagio.

Es una decisión impostergable, varios países de América Latina y Europa ya lo hicieron, México no puede ser la excepción. El Estado está obligado a garantizar el derecho a la salud de las niñas, niños y adolescentes.

Coordinadora Nacional de Nueva Izquierda

@juarezvero

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