Primero el peatón…y la mínima cortesía

HACIENDO ADOBES

Miguel Zárate

A medida que las ciudades crecen y evolucionan también se vuelven más competitivas, la oferta de servicios incrementa, así como la captación de inversión, nuevas formas de vida se comienzan a gestar y la oferta de vivienda, movilidad, vías de comunicación, servicios y todo aquello que permite y facilita la vida misma detonan una nueva vocación de algunas zonas de la ciudad.

Aunque la Colonia Providencia a lo largo de los años ha sufrido una reconversión de la dinámica de vida, de ser uno de los barrios de alto nivel socioeconómico cuya vida era tranquila y tenía poco flujo de automóviles, la reconversión de Av. Terranova, Av. Rubén Darío y Av. Pablo Neruda a lo largo de los años se ha convertido en una zona comercial que ofrece restaurantes, servicios, tiendas y negocios de todo tipo, aunque también generando un caos propio de la zona.

Ante la nueva realidad que se está gestando en esta zona como en muchas otras de la ciudad, el Gobierno Municipal de Guadalajara ha buscado la estrategia de recuperación de espacios públicos y el aprovechamiento de nuevos, tales como el parque lineal Pablo Neruda que funge con su doble propósito como arteria vial y como espacio público.

Asimismo, la recuperación de banquetas y la cancelación de estacionamientos que no cumplen con la medida específica que le brinde el peatón un caminar seguro, ha sido y es una de las apuestas más fuertes de la Dirección de Movilidad.

Sin embargo, la tarea no es fácil, la socialización que requiere definir un nuevo sistema de transporte, estacionamiento con los dueños de espacios y negocios requiere dar a conocer las bondades que brinda una ciudad amable e integrada con los distintos tipos de movilidad para el peatón, ciclista, transporte público y automóvil, en ese orden, y el hecho que negocios hayan aceptado progresivamente la cancelación, modificación o manejo distinto de sus espacios de estacionamiento para priorizar y dar seguridad al peatón, nos hace caminar en la misma dirección de la ciudad que queremos, estableciendo un nuevo pacto social.

Si bien, la ciudad cuenta con heridas aún abiertas que se buscan ir cerrando para poder caminar hacia donde queremos, nos encontramos generalmente con dos perspectivas, la de aquellos que contaban con un derecho hasta el momento y que los nuevos planes y proyectos les siguen generando una serie de dudas a los que la autoridad debe dar respuesta, a ellos, se les invita a escuchar a debatir, atender y llegar a un acuerdo sobre la lógica de los proyectos, el fondo y su aplicación; por otro lado, están aquellos que actuando en un interés propio van a hacer lo que sea necesario para mantener e inclusive transgredir el espacio público.

Desde hace tiempo se logró recuperar un espacio verde con cuatro árboles jóvenes y aproximadamente quince metros de banqueta y área verde en las Farmacias Guadalajara que se encuentra en Av. Rubén Darío y Milán, que quien ha pasado por ahí, es una ruta segura entre una de las calles más importantes que conectan con Zapopan además de servir como paso en dos áreas verdes como es el Parque Rubén Darío y el Parque Lineal Pablo Neruda.

Hasta hace unos días el Tribunal Administrativo por medio de una sentencia le dio los elementos a Farmacias Guadalajara para retirar ese espacio, que hasta noche vieja representaba una reivindicación de derecho al peatón para dar paso al privilegio de cuatro estacionamientos, es decir, el derecho de uno – o cuatro autos – por el derecho de cientos de personas que día a día transitan por ahí.

Aunque podríamos hablar largo y tendido sobre todos aquellos permisos, derechos y privilegios que el Tribunal Administrativo ha realizado basando su actuar en la norma y la legalidad, lo cual es discutible respecto al concepto de justicia, también nos damos cuenta que la ciudad, su base y su estructura no va a poder transitar sola si no nos damos cuenta de la problemática que existe y empezamos a dar pasos firmes hacía el objetivo.

Para ello, se requiere un sentido de cooperación entre ciudadanos, gobierno e instituciones, en el entendido de que la negociación en la cooperación no significa llevarse la mayor parte del acuerdo sino sacar el mejor acuerdo para todos los espacios y para todas las personas.

El reto de la ciudad es grande, los 187 km2 de superficie de Guadalajara requiere un ordenamiento que ponga en primer lugar al peatón, donde desde el municipio y como autoridad, debe de poner las reglas y el objetivo del desarrollo, pero desde las personas debemos observarlas, cumplirlas y ceder en algunos casos, todo por el bien social con un mínimo de cortesía, que al final de cuentas se convertirá en una ciudad amable para todos.

El llamado de la ciudad está ahí para quienes quieren atenderlo y ojalá la iniciativa encuentre eco entre todos los actores: sociedad civil, empresa y distintos niveles de gobierno, pues necesitamos que, desde una legislación hasta una sentencia, en todo acto administrativo se acaten al nuevo y necesario pacto social donde prive el interés por proteger el derecho a la vida de las personas.

 @MiguelZarateH

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