Que no se vea miseria

ESCAMOCHA

Pepe Díaz Betancourt

Ya habíamos tocado el tema con motivo de la concurrencia significativa de indigentes en el primer cuadro metropolitano de Guadalajara, aunque es un fenómeno que aparece en toda la metrópoli, a las autoridades parece preocuparles más «el Centro» por aquello de las visitas, y es que éstas personas, sin temor a equivocarme han aumentado considerablemente.

En días recientes, se ha tocado el tema desde la esfera gubernamental a escala municipal por los recientes cambios de administración en los Ayuntamientos.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), citada por el diario La Jornada, revela que hasta 2011, último año del que se tienen cifras comparables para 17 naciones de la región, 36.3 por ciento de los mexicanos vivían en pobreza, casi siete puntos porcentuales más respecto al 29.4 por ciento de la población latinoamericana que se encontraban en igual condición.

En esa década los mexicanos en indigencia representaron 13.3 por ciento de la población total, cuando la media latinoamericana fue de 11.5 por ciento.

Antes de la pandemia, el número de personas por debajo de la línea de pobreza, considerada la frontera con la indigencia, era de 14 millones 940 mil personas, debido al avance demográfico y el incremento de la pobreza por la crìsis COVID, se puede establecer, de acuerdo a cálculos del INEGI que el número de personas indigentes en México es de poco más de 17 millones de personas, es claro que muchas de estas personas se encuentran en la segunda Área Metropolitana más grande del país.

Pablo Lemus, flamante presidente municipal de Guadalajara, ha prometido media docena de albergues para personas en situación de calle, no tenemos los datos de esa labor en sus seis años en Zapopan, pero insistimos en que al alcalde le preocupa más la presentación de Guadalajara ante propios y extraños asì como  la reactivación del Centro Metropolitano para emprender este tipo de acciones y celebramos que al menos no quiera desaparecer a los cientos de indigentes que deambulan en Paseo Alcalde y otros rumbos porque a decir verdad merecen un programa serio de atención antes que ser encerrados en albergues.

PILÓN

El papa Francisco aseguró que Jesús no abandonaría a un homosexual o un transexual, pero un Hospital privado negó la atención a una persona trans, tras ser atacada con ácido en la zona de San Juan de Dios, porque es un «sanatorio católico».

Periodista, docente y coordinador de diplomados en periodismo en la Universidad de Guadalajara y el ITESO

@pepediazjose

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