La línea 3 y lo demás…

HACIENDO ADOBES

Miguel Zárate

 

El primer año de operación de la Línea 3 del tren ligero ha servido para realizar una evaluación general de lo que este sistema realmente ha contribuido a resolver el transporte masivo de la zona metropolitana y si, por otra parte, se han cumplido los propósitos de dar pasos en firme en materia de movilidad urbana.

Por principio de cuentas, aún se tiene presente el ofrecimiento presidencial, en cuanto a terminar el proceso de construcción y operación de la tercera línea, con todo y que formó parte del programa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de los gobiernos estatal y federal en el sexenio anterior.

Sin embargo, al transitar la nueva administración de Enrique Alfaro, se buscó por todos los medios la conclusión de los trabajos y los complementos operativos correspondientes.

Esto, finalmente, recibió el indispensable apoyo en recursos de parte del gobierno de la república ya que no podía retrasarse más.

Empero, todo indica que las cosas no terminaron de hacerse todo lo bien que se quisiera. Y es hora aún no se concluye con todos los detalles que han ido surgiendo al paso, se sigue sin atender al daño colateral causado en decenas de fincas patrimoniales -públicas y privadas- y, lo peor, no parece haber mucha voluntad para que la SCT realice los trabajos requeridos.

De la misma manera, preocupa que la promesa hecha aquí y públicamente de parte del mandatario nacional en cuanto a arrancar las obras de la cuarta línea del transporte eléctrico, verdaderamente se cumpla.

Al menos inquieta el hecho de no figurar entre las partidas presupuestales para el siguiente ejercicio, si bien se ha manifestado un discreto optimismo en cuanto a que el gasto podría quedar contemplado en otro rubro.

No obstante, Alfaro comprometió dicha línea que conectaría a Guadalajara con la cabecera de Tlajomulco, para dar servicio a una gran cantidad de colonias populares y profusamente habitadas de una amplia zona, para que se realizara en el término de su gestión.

Empero, sin contar con el respaldo económico de la Federación, el proyecto podría verse muy complicado y ya difícil de cumplir en el tiempo que resta a ambos niveles de gobierno.

Hay que reconocer que la administración estatal ha estado poniendo de su parte para que el transporte urbano pueda avanzar significativamente.

Un ejemplo claro es la decisión de terminar ya en corto plazo el macrobus del Periférico (o peribús), que inclusive podría estar en servicio próximamente ya que sólo faltan de concluir las obras en algunas terminales del recorrido, pasos peatonales, y las barreras del carril exclusivo.

Además, dentro del plan general de transporte, hay que tomar muy en cuenta el seguimiento para el mejoramiento y modernización de las unidades convencionales.

Todo esto está bien, pero, al mismo tiempo, se torna indispensable ya el reordenamiento integral, si es que se quiere que todos los nuevos recursos de transportación sean verdaderamente eficientes y útiles a la población.

Es la anarquía con la que ha crecido el transporte público de Guadalajara y su área metropolitana lo que termina por dar al traste con los mejores proyectos factibles. Lo sabemos por experiencia y tal vez la última ocasión en que trató de efectuarse un reordenamiento integral se dio hace ya décadas cuando esto fue iniciativa del ingeniero Jorge Matute Remus.

Entonces quizá hubo mucho desfasamiento con la realidad que se vivía en los ochenta, aunque, después de todo, llegamos a la conclusión de que todavía ha sido muy difícil acabar con la maraña de rutas que de manera histórica se fue complicando y que hasta ahora empieza a resolverse a paso muy lento.

La verdad es que, con todo y los esfuerzos realizados, el área metropolitana dista mucho de contar con un transporte público a la altura de sus necesidades y con la calidad que exige ya su población.

Faltarían por ver otras zonas de la ciudad (como el sur por López Mateos y la salida a Nogales, solo como ejemplo) y otros aspectos, como la seguridad, limpieza, medidas de salud, educación y actitud de los conductores y muchísimos renglones más.

No obstante, es importante que se tome conciencia que ya pasaron los tiempos en los que el camión pasaba por la esquina y que hoy, ante el crecimiento desmedido de la urbe, también se necesita la cooperación ciudadana.

El tema da para mucho, pero, al menos, es de reconocer que hay decisiones que llevan a pensar en que esta vez se darán pasos en firme para la solución de uno de los problemas más añejos y sensibles de la capital jalisciense.

Ojalá y que así continúe.

Regidor del PAN en el Ayuntamiento de Guadalajara

@MiguelZarateH

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