Cacería humana

PERSPECTIVA21 Verónica Juárez Piña

 

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a través del Instituto Nacional de Migración, ha emprendido una verdadera cacería humana contra las nuevas caravanas de migrantes que intentan cruzar el país, en su afán de llegar a la frontera con Estados Unidos.

Estas nuevas oleadas de migrantes están ahora compuestas en su mayoría por haitianos, que salieron de su nación huyendo de las, de por, sí difíciles condiciones económicas y de la inseguridad que se agudizó a raíz del asesinato del presidente Jovenel Moïse.

El devastador sismo del 15 de agosto, complicó aún la situación del país caribeño y empujó a miles de personas a buscar la manera de salir.

A pesar de los riesgos, los migrantes haitianos han recurrido a las redes de tráfico de personas que operan en Centroamérica y El Caribe, para llegar a uno de los Estados del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador); desde donde buscan cruzar el territorio mexicano.

Las y los ciudadanos haitianos que han ingresado por la frontera sur de México, se han sumado a los cientos de centroamericanos, cubanos y venezolanos que, al igual que ellos, buscan llegar a los Estados Unidos y están estancados en Tapachula, Chiapas; por la estrategia oficial de demorar la legalización de su estancia, como una manera de retenerlos en la región.

Los que, desesperados, se organizan en grupos y buscan la manera de salir de Tapachula, se están topando con los muros de integrantes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración; que están haciendo uso excesivo de la fuerza para frenarlos.

Las agresiones de funcionarios del INM y elementos de la Guardia Nacional contra los migrantes, sin importar que entre ellos haya mujeres, niñas, niños y adolescentes; violan los derechos humanos y el Interés Superior de la Niñez y Adolescencia.

En afán de atender los compromisos con el gobierno de Estados Unidos, López Obrador profundiza la política migratoria policiaca y convierte la frontera sur de México, en el muro norteamericano que tanto presumía Donald Trump.

AMLO incumple así el artículo 1° de la Constitución Política, el cual señala que “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.”

Al referirse a todas las personas, la Carta Magna alude no sólo a las y los mexicanos, sino a ciudadanas y ciudadanos de cualquier país que, sin importar la razón, se encuentren en territorio nacional.

Los migrantes gozan de todos los derechos que reconoce la Constitución Política y los instrumentos internacionales suscritos por el Estado Mexicano.

Como ha quedado demostrado por décadas, este fenómeno no se contendrá con acciones insuficientes y aisladas, como la siembra de arbolitos, con el supuesto de generar empleo; sino mediante una estrategia integral y multilateral, que involucre a países expulsores, de tránsito y destino; que atienda las causas de fondo que obligan a las personas a salir de sus naciones, garantice su seguridad, el respeto a sus derechos humanos; y regule la migración.

Los episodios de violencia reciente en Tapachula son una vergüenza para México y evidencian la doble cara de López Obrador que, mientras afirma que su gobierno respeta los derechos humanos, sus policías dan un trato inhumano a los migrantes.

Ex coordinadora del PRD en el Congreso de la Unión

@juarezvero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.