Manifestaciones en Cuba

DIVISADERO

Eduardo González Velázquez

 

Ayer domingo, una parte de la sociedad cubana salió a las calles en varias localidades de la isla para manifestar su rechazo a la situación en la que se encuentran:

La urgencia económica por el histórico bloqueo de Estados Unidos que pesa sobre Cuba desde 1962 y la ineficiencia administrativa en algunos rubros del gobierno isleño; la crisis en la industria del turismo que ha cerrado sustancialmente la llave de la divisa estadunidense.

La crisis médica por la pandemia del Covid, el domingo las autoridades registraron un nuevo récord diario de contagios y muertes por el coronavirus, con 6,923 casos reportados para un total de 238,491 y 47 muertes en 24 horas, sumando un total de 1,537 fallecimientos, además de la imposibilidad de adquirir en el mercado internacional medicamentos y equipo médico para atender a los enfermos de Covid.

El problema del desabasto y la carestía de alimentos, así como los cortes de luz; sin olvidar, el férreo control que aún guarda el gobierno de la Isla para limitar la libertad de expresión y política de la oposición y ciudadanos en general.

Todo ello, es la materialización de la peor crisis económica en los últimos treinta años. La sociedad se ahoga. La ciudadanía está llegando a su límite. Exigen reinventar el futuro.

Algunos de los gritos de las miles de personas que colmaron las calles, parques y banquetas así lo manifestaron: «libertad», «Abajo la dictadura», «Que se vayan» y «Patria y vida».

La repuesta del gobierno cubano no fue la mejor. Evidentemente que los servicios de inteligencia de la isla fueron sorprendidos. Es claro que debajo del control gubernamental la disidencia dentro y fuera de la isla mueve algunos de sus hilos para tejer la participación ciudadana.

Ante las manifestaciones, el presidente, Miguel Díaz-Canel comenzó por repartir culpas, en principio al gobierno de Estados Unidos, quien con el embargo y bloqueo económico han permitido a los gobiernos de Cuba la construcción histórica de la coartada perfecta para explicar los males de la isla.

No podemos negar la losa que significa seis décadas de bloqueo económico, pero tampoco debemos suponer que esa política estadunidense es el origen de todos los males de Cuba, sin duda, las autoridades de ese país también tienen responsabilidades que deben asumir.

Por otro lado, Díaz-Canel no ofreció concesiones de diálogo a los manifestantes, esa opción quedó fuera de su discurso. Para destrabar el conflicto en ciernes es urgente el diálogo y la no criminalización de las manifestaciones.

Contrario a ello, el presidente dijo que “se ha dado la orden de combatir”, a los descontentos y llamó a “los revolucionarios” a salir a las calles, al tiempo que se ordenó un imponente despliegue militar y policial en varias localidades cubanas.

No podemos negar que la protesta del fin de semana significa una de las mayores ocurridas en Cuba desde el triunfo de su revolución en 1959. Fueron manifestaciones sin precedentes a consecuencia de una situación económica-política-sanitaria sin precedentes.

De cara a ello, la respuesta del gobierno de Díaz-Canel debe ser sin precedentes. Adecuada. Necesaria. Profunda. Poniendo al centro de la solución a la población y sus legítimas demandas para acceder a un mejor futuro.

De lo contrario, las movilizaciones del fin de semana se tornarán cada vez más intensas poniendo en peligro los históricos logros alcanzados por la revolución cubana.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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