Libros malditos

ESCMOCHA

Pepe Díaz Betancourt

 

Pues toma tiempo creer que los antiguos libros de texto, aquellos que todos conocemos, con la imagen de esa mexicana morena y abanderada que luego supimos que era de Tlaxcala y quedó plasmada para siempre no solo en la portada de los ejemplares de Mi Mamá me mima, sino en las mentes de todos, no fueran producto de un régimen de gobierno y de una visión de un partido que gobernó tanto, tanto.

Y pues si de manipular se trata, pues todo puede ser transformado en doctrina y hoy estamos al borde de la guerra de contenidos y directrices por redes que también me cuesta trabajo creer que un chico de tercero para arriba pueda ser perturbado con no sé qué carajos de visión histórica, mensajes subliminales y la confabulación de su maestro y un libro maldito-pues ni que fuera huérfano- o quizá sí porque las mediciones indican que un chavo ve más a las redes y el internet que a su Papá (a su Mamá un poco más pero sin superar la combinación celular-internet) y para colmo, los chicos agregaron en promedio 2.5 horas diarias con motivo de la pandemia.

La encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de la Información en los Hogares revela que seis de cada diez niños mexicanos entre los seis y once años de edad tienen acceso a internet, así que ya nos viéramos en esas, es decir que los chicos fueran atrapados por los contenidos de los libros de texto y no por las redes.

Pilón

A que cableros esos cableros, además de haber instalado una gran telaraña sobre nuestras cabezas que rematan con rollos inmensos junto a los postes pues ahora empiezan a abundar las quejas sobre cortes de energía eléctrica con motivo de múltiples labores de reposición que tienen programadas por no sé cuantos meses más.

Periodista, docente y coordinador de diplomados en periodismo en la Universidad de Guadalajara y el ITESO

@pepediazjose

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