Voto útil

HACIENDO ADOBES

Miguel Zárate

 

Recientemente ha cobrado fuerza, incluso hasta ganarse un sitio en las tendencias y redes, la convocatoria que por diversos conductos se ha venido gestando en torno al llamado voto útil.

Para ser claros, esto no es sino un sufragio que se emite básicamente para evitar que el partido hoy hegemónico en la Legislatura federal, continúe sin contrapesos o, peor tantito, que consiga incluso una mayor presencia que llevaría al país, definitivamente, al borde de un eventual totalitarismo.

Está visto que Morena y sus aliados no cederán en esta pretensión que cada mañana, de una manera u otra, también enarbola desde su púlpito privilegiado el presidente de la república. Para el mandatario ya no hay disimulo. Desde que lanzó iniciativas clave con la consigna a las cámaras de que no se les debería cambiar o quitar “ni una coma”, quedó sellada la autosuficiencia del poder que ostenta.

Bueno, al grado de que el líder del Senado, Ricardo Monreal, llegó a decir que, si por algo perdieran en junio su partido y aliados la mayoría absoluta, estaría dispuesto a llamar a sesiones extraordinarias de los actuales para que antes de septiembre fuera posible reformar la ley y, sencillamente, acabar con el INE , y  “meter en cintura” a sus consejeros y contrincantes incómodos.

Sin embargo, salvo algunos casos regionales o estatales en los que otros partidos pelean al tú o por tú con Morena o que excepcionalmente lo rebasan, como el PAN en Querétaro o Movimiento Ciudadano en Jalisco, la oposición se encuentra tremendamente fragmentada, casi pulverizada, con candidatos que no llegarán a ninguna parte y que quizá intencionalmente fueron permitidos para terminar de desfondar la posibilidad de que el rival a vencer se salga otra vez con la suya.

El entramado, de hecho, ha sido colocado, con una aberrante sumisión de algunas figuras predominantes en el Tribunal Electoral de la Federación y, ahora, con un servicial y, ojalá y no, lacayesco titular del mismísimo Poder Judicial.

La verdad nadie sabe en qué momento se perdió la brújula o si se descuidó la ley en cuanto a la fórmula prevista para que ningún organismo político tuviera sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, cosa que no sucedía desde hace más de veinte años y que, dentro del régimen que ahora peyorativamente se califica de “neoliberal”, impedía que un partido pudiera asegurarse una mayoría capaz de aniquilar a sus oponentes.

Así se recordará incluso que las grandes reformas de Peña Nieto se realizaron con un “pacto” que hoy es descalificado y acusado de sobornos pero que mostraba, a fin de cuentas, que se trataba de nuevas regulaciones imposibles de sacar adelante con la simple mayoría priista.

De hecho, efectivamente se está regresando al concepto del partido aplanadora que vivieron los del tricolor en sus mejores tiempos. Es decir, vamos en retroceso y en una regresión histórica que, por paradoja, fue la simiente de los movimientos de evolución democrática en el país.

De manera que el voto útil no es un tema cualquiera ni implica asunto de lealtades políticas. Lo que se busca es que los sufragios desperdigados en muchos partidos y candidatos no terminen simplemente en el bote de la basura, sino que, de acuerdo a las observables preferencias y tendencias, se vote en favor de quienes tienen mayor perspectiva de impedir que siga la hegemonía que, aunque no se crea, podría terminar en un monopartidismo como en las naciones absolutistas. Así de delicado y complicado es el asunto.

Todo indica que hay cierta preocupación en Palacio de que se obtenga en junio la mayoría apabullante del 2018. Esto sería un parteaguas de la administración que difícilmente sostendría sus planes de supuesta transformación, a pesar de su clientelismo a base de dádivas.

Un Congreso más independiente, en cambio, reafirmaría el espíritu republicano dando un curso al país sin cultos a la personalidad ni facciones dominantes que siguen directrices dictatoriales.

Para muchos es difícil pensar en votar por partidos distintos a su gusto particular pero, la verdad, no hay de otra: solamente el voto útil puede impedir que el país entero sucumba en el autoritarismo que subyuga pueblos y que da potestades ilimitadas a los gobernantes.

Así que VOTO ÚTIL = Votar por el opositor más fuerte en cada municipio y en cada distrito local y federal.

Regidor del PAN en el Ayuntamiento de Guadalajara

@Miguel_ZarateH

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