¿Qué pasó con Ismael?

HACIENDO ADOBES

Miguel Zárate Hernández

Comprensible, humanamente justificado es que un candidato decline su postulación casi al cuarto para las doce, sobre todo si el argumento de su retiro de una contienda apenas unos días antes del registro, sea por causas de tipo personal que cualquiera entiende.

Este es, o parece, el fin de un proyecto político que se gestó y planeó políticamente desde hace tres años y que, por otra parte, vislumbraba incluso la posibilidad -que en el futuro podría concretar de algún modo-, para que Ismael del Toro logre la meta más anhelada por él y por el mismo Enrique Alfaro: continuar vigente (a fin de año quizá en el aparato administrativo del estado) hacia el objetivo primordial de refrendar el triunfo en la entidad de Movimiento Ciudadano en el 2024, cosa que ahora se ve con no pocas interrogantes.

Si la razón es efectivamente la atención primordial a su familia, ni para qué cuestionar lo incuestionable. Pero, veamos si las circunstancias en que esta renuncia a la candidatura para un segundo mandato en el municipio capital de Jalisco, obedecieran a otros factores.

Por principio de cuentas, no queda claro si, además de los válidos motivos esgrimidos por Ismael, pesaron también elementos distintos.

Desde luego que tenemos que entrar en el terreno especulativo, aunque, habida cuenta que en política las cosas no son comúnmente casuales ni por coincidencia simple, igual puede tenerse presente que dicha renuncia se viene a dar apenas cuarenta y ocho horas después de una gira presidencial en la que bien pudieron tocarse temas importantes para el partido del mandatario nacional.

Además, esto se viene a dar precisamente en las mismas fechas en la que Morena parece que habrá de enfocar toda su artillería en la conquista de Guadalajara, ciudad más que simbólica e importante para ir consolidando la extensión de su hegemonía en estados que no tiene plenamente identificados con su corriente.

Y es que por otra parte resultó claro que Ismael ya tenía contrincante en firme y habría que hacer ajustes para enfrentarlo. ¿Formaría parte esto de la decisión?

De encuentro entre el gobernador y el presidente apenas el domingo pasado en Tequila, se desprendieron actitudes que, quizá por el bien de la entidad, llegaron a una nueva búsqueda de concordia en la relación entre ambos niveles de gobierno.

Esta vez no se pasó al reclamo airado ni tampoco se observó el clima beligerante de otras veces. Para nadie es desconocido que esta vez Morena va por sus fueros y que ahora con posibilidades entraría en algunos municipios jaliscienses importantes, incluyendo en la misma área metropolitana.

Todo podría pasar, pero, ciertamente, nadie pensaría en que el partido del presidente tuviera fácil acceso al gobierno de la capital de Jalisco. Alfaro llegó a propalar que Guadalajara es absolutamente innegociable.

Además, en tan cercano plazo para decidirse por una candidatura alterna debido a la dimisión de Del Toro, es muy posible que se haya tenido el relevo preparado, si bien la duda que surge es quien lo sustituya sería un exalcalde que busca posicionarse o de algún otro elemento leal al gobernador (senador o senadora con licencia, por ejemplo), para ser lanzado prácticamente a última hora, posiblemente de un momento a otro, para conservar el bastión tapatío.

La verdad, Del Toro cubría un perfil difícil de igualar en muchos sentidos. Ismael es un político serio. Independientemente de aspiraciones futuristas, el Ayuntamiento ha venido operando bien con no pocas dificultades que no muchos aprecian pero que, con su reelección, darían un toque indispensable de continuidad de programas, claro con sus respectivos ajustes de equipo muy necesarios, mientras que Alfaro ha venido sufriendo aislamientos inesperados o buscados, pretensiones complicadas como el tema de la reforma fiscal, la procurada refundación y otras más.

Por si fuera poco, la no tan buena relación con la federación de muchas formas termina seguramente por afectar obras, servicios y otros programas.

Entonces, ¿qué pasó con Ismael? Con todo el respeto a un político que sin estridencias ni búsqueda de reflectores hace bien su labor y sin arrogancias simplemente cumple con su chamba, naturalmente tiene sus bien pensadas razones, pero es casi imposible dejar de imaginar que esta decisión un tanto precipitada no tenga algo de sentido político.

Ojalá que todo mejore en casa para Ismael y de corazón se lo deseamos, y es que al margen de lo que pueda haber sucedido, nadie podrá regatearle su calidad de buen hombre y mejor servidor público. Justificado plenamente está Ismael, pero ojalá y con el tiempo no se lamente su ausencia en las boletas de junio.

Regidor del PAN en el Ayuntamiento de Guadalajara

@MiguelZarateH

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