De Uribe a Pablo Lemus

         PUNTO CRÍTICO

Gabriel Torres Espinosa

Alberto Uribe fue uno de los presidentes municipales mejor evaluados en Jalisco, y de los primeros en el país.

Su imagen pública provocó múltiples valoraciones y consideraciones, que a su vez le situaron como uno de los políticos que mayores expectativas animó entre la población. Simultáneamente, su relación con el ‘Alfarismo’ se fue deteriorando, casi en la misma proporción que ascendía la calificación social a su gobierno.

Los ingredientes que le construyeron a Alberto una singular personalidad propia (voluntarios e involuntarios), se basaron en la distancia cada vez mayor del primer círculo de Enrique Alfaro, una buena dosis de autonomía en sus decisiones, y discrepancias públicas y privadas con el líder del grupo que lo llevó a la presidencia de Tlajomulco, en dos ocasiones.

Durante al menos tres años, los distanciamientos entre Uribe y Alfaro fueron cada vez mayores. Se volvió una presunción reiterada la capacidad para divergir (en público y en privado) con el líder del grupo.

Alberto Uribe construyó y socializó, consiente o inconsciente, su ruptura con Alfaro. Los desacuerdos fueron mas frecuentes. Los acercamientos con Morena, naturales. Dejaba saber que aspiraba a gobernar Jalisco.

Se advertía que ocurriría una ruptura, pero tal vez él decidió el momento. El rumbo era claro, y las señales de ambos, esperaban si acaso un buen motivo y tal vez el tiempo en que alguno tuviese que asumir menores costos. De forma que ocurrió lo que se percibía inminente.

Pablo Lemus, desde sus inicios en MC, tomó distancia y ha buscado desmarcarse de algunas decisiones del gobernador, con un cálculo político quirúrgico y sus consecuentes costos. Construyó una personalidad propia al ejercer cierto grado de autonomía política.

Durante la mayoría de estos últimos tres años, su relación con Alfaro ha sido, la mayor parte del tiempo, tensa. Es uno de los alcaldes mejores evaluados del país. Goza de una buena calificación pública al frente del gobierno de Zapopan.

Aceptó ser diputado local proporcional, siempre que le permitieran colocar, al menos, a un incondicional en la candidatura de MC por Zapopan. No oculta su deseo por ser gobernador de Jalisco, y ha dejado que se sepan las ofertas que recibe de otros partidos.

Es seguro su acceso a una diputación proporcional en el Congreso del Estado. Diputado, uno de los cargos peor evaluados por los Jaliscienses. Se perfila como un candidato natural a la coordinación de la bancada de MC.

Empero, podrá coordinar a los diputados de ese partido, siempre que su relación con el gobernador sea muy buena o excelente. Para ello deberá asumir una disciplina parlamentaria espartana, para la que parece no estar formado, y tal vez, tampoco dispuesto.

Que gane MC en Zapopan, con su candidato, eso sí que no está seguro. No sólo en la oposición hay fuertes adversarios, también en el gobierno.

La relación de Pablo Lemus con Alfaro se sostiene con ‘alfileres’. Debido a la temporada de campaña, las cortesías son muchas y mejor cuidadas, por ahora…

Pero las cosas realmente no han cambiado. La desconfianza priva y hay entre ellos razones suficientes. Así que ‘alea iacta est’ (la suerte está echada).

La pregunta no es si ocurrirá una ruptura, sino cuándo y por qué motivo.

Director Gral. de la Operadora SURTyC de la U de G

@Gabriel_TorresE

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