Transporte público de alto riesgo… y caro

CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla

Esta crisis sanitaria por Covid-19 viene a demostrarnos muchas de las debilidades de nuestros gobiernos, y también de hábitos que tenemos como sociedad, respecto a nuestro día a día.

Pareciera que en Jalisco ya creemos superada la emergencia al ver el pasado fin de semana las aglomeraciones en el centro tapatío y en el corredor Chapultepec, zona de encuentro de los jóvenes en bares y actividades culturales y que dan cuenta los medios locales, lugares donde no se respeta la sana distancia ni el uso generalizado de cubrebocas. Como sociedad seguimos jugando en el límite del contagio.

Por otra parte, hoy los medios también dan cuenta de algo que la pandemia pone en evidencia: nos mintieron cuando nos aumentaron la tarifa del transporte público de forma despiadada en dos pesos con cincuenta centavos (que en la práctica fue de 3 pesos al no dar cambio las alcancías de los camiones, trolebuses, tren ligero y macrobús) por el mentado modelo de “Ruta empresa”, mismo que según decían, era la solución a la movilidad en el área metropolitana de Guadalajara.

La nota que aparece en el diario “El Informador” es contundente “Usuarios de minibuses urbanos sufren por unidades repletas de gente en plena pandemia; a mes y medio de avalarse los itinerarios diferenciados, el servicio exhibe las mismas fallas”, además se refiere en la misma que el transporte público es considerado por los especialistas sanitarios como el segundo lugar con más riesgo de contagio del Covid-19.

¿Cómo poderle hacer frente efectivamente a la pandemia cuándo se sabe que el transporte público es de alto riesgo y la autoridad lo pasa de frente?

La movilidad y la salud son un derecho humano que está siendo vulnerado en el mismo sentido, ante el conocimiento de la crisis que enfrentamos, no se están tomando las medidas necesarias para que los camiones pasen con mayor frecuencia, que se respete la sana distancia y que se brinde gel antibacterial a los usuarios, aparte de la responsabilidad de cada uno de ellos de usar cubrebocas.

Ante la necesidad de la gente de llegar a sus centros de trabajo y el fracaso de los horarios escalonados por la enorme demanda de transporte público, solo queda reconocer que la pandemia nos enseña que el aumento a la tarifa no tiene elementos que la justifiquen, y mientras que en la segunda fuente mayor de contagio social no se atiendan las medidas necesarias, será harto complicado esperar que la curva del Coronavirus se aplane en el corto plazo.

Politólogo, Profesor universitario y miembro del Claustro académico del ITEI

@aagsevilla

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