El PRI, su pasado, presente y futuro a 88 años de su fundación

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EN2RUEDAS/Jesús Casillas

Hace 88 años, el Partido Revolucionario Institucional surgió de la alianza de diversas corrientes, distintas pero afines, originarias de la Revolución Mexicana de 1910.

Esa conjunción dio por resultado a la institución política más fuerte y competitiva, que entre los años de 1929 y 1989 gobernó el país de manera prácticamente hegemónica, en un periodo sobresaliente en la creación y consolidación del entramado institucional mexicano, la construcción de la infraestructura básica con una expansión en la red carretera y educativa del país verdaderamente impresionante, así como una reordenación al sistema político y económico del país.

Después, con el nuevo milenio tuvo lugar el momento de la alternancia presidencial, la que se caracterizó por una especie de parálisis, en la que solamente se administró el Gobierno de la República, sin avances destacables o de la envergadura de los desarrollados por el Revolucionario Institucional, pero sí con disparados índices en la inseguridad y violencia.

Luego de dos sexenios presidenciales de gobierno de oposición, el electorado mexicano volvió a depositar su confianza en el PRI, con una victoria contundente en el 2012 y con ello, su regreso a la Residencia Oficial de Los Pinos con el Presidente Enrique Peña Nieto.

Cuatro años del actual sexenio que se ha caracterizado por un crecimiento sostenido del 3.7% en la generación de empleo, con 2.6 millones de nuevos puestos de trabajo. En materia de seguridad, una tendencia a la baja en delitos de alto impacto y un posicionamiento económico que nos coloca como la economía número 11 a nivel mundial y la segunda en América Latina, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin duda, buenas cuentas a los mexicanos, no obstante, pese a este escenario es de advertir lo siguiente:

En las elecciones del año 2012, el Revolucionario Institucional logró la Presidencia de la República, con 19.2 millones de votos y un 38% de la votación, además de un total de 213 diputaciones, 164 electas por mayoría relativa y 49 plurinominales; con lo que se constituyó en la primera fuerza política del país.

Para el año 2015, con una notoria disminución en la participación electoral, el Revolucionario Institucional obtuvo 11.3 millones de votos en los comicios distritales que representaron el 28.7% de la votación, con 207 diputados federales, 160 de mayoría relativa y 47 plurinominales; que pese a la disminución electoral, lo conservó como aún como la primera fuerza política del país.

En esta elección, el PRI obtuvo 5 de 9 gubernaturas que se disputaron en ese año, sin embargo, en dicha elección asumió el gobierno local de 10.7 millones de habitantes de los 23.2 millones que conforman las 9 entidades, esto es, menos de la mitad, con un 46% de la población que tuvo elecciones para gobernador en 2015.

La tendencia fue tajante al año siguiente, en 2016 sobrevino una derrota histórica para el tricolor en elecciones estatales, perdiendo 7 de 12 gubernaturas. Cuatro de ellas, en estados donde había gobernado de manera consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.

Este descalabro electoral es un indicador de que la ciudadanía está perdiendo la confianza en el PRI, que siente inconformidad y que algo no está bien. Tal vez el desgaste natural del ejercicio del gobierno, pero también, siendo analíticos y autocríticos, puede que estemos olvidando el atender a cabalidad las demandas sociales y hasta una percepción de lentitud para exterminar de una vez por todas flagelos que lastiman a los mexicanos, como el caso de la corrupción.

Sin duda, una lectura que debe llamar muy a tiempo la atención de todos los priistas.

Es un momento apropiado para reflexionar y retomar el buen camino del Revolucionario Institucional, de abanderar las causas más sentidas de la sociedad, lograr al máximo la inclusión plena de mujeres y jóvenes, de dar un combate frontal y directo a la corrupción de manera que la sociedad pueda estar convencida que hay sanción, que la impunidad ya no cabe en nuestro país y recordarle a los mexicanos, que la inmensa mayoría de los priistas no somos corruptos, que por el contrario, somos políticos capaces, preocupados por el desarrollo del país y la generación de oportunidades para todos, con las mejores opciones de gobierno y constructores permanentes de las instituciones democráticas del país.

Senador de la República por el PRI

@Jesuscasillas06

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