El cielo no existe y menos para la mujer que quiere aprender

SORJUANA

Como cada año, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y la Universidad del Claustro de Sor Juana, entregaron el premio correspondiente a lo más destacado de la literatura hecha por mujeres, el Premio Sor Juana que en esta ocasión recayó en Inés Fernández Moreno por el libro El cielo no existe marco que sirvió para recordar la lucha que han tenido que emprender miles de mujeres que a lo largo de la historia para poder tener acceso al conocimiento, y con una veladora encendida durante todo el evento se recordó a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos-

Desde Lilith la primera mujer de Adán borrada de la historia por su ambición de conocimiento hasta Sor Juana la monja jerónima que tuvo que renunciar a la vida mundana en aras del conocimiento, y a las muchas mujeres que han hecho grandes sacrificio porque les permitan poder tener una instrucción formal, fueron recordadas en la entrega de este reconocimiento.

En el evento encabezado por el rector de la Universidad de Guadalajara Tonatiuh Bravo Padilla, y la vice rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana quien al inicio del acto encendió una veladora y al comenzar a hablar no pudo evitar mencionar que “nos siguen faltando 43”, y recordó con emoción la pérdida de Vicente Leñero, recordó igualmente a las tres mil 892 mujeres asesinadas entre 2012 y 2013 en México.

Fue ella quien trajo a la memoria a Lilith y a todas esas mujeres borradas de la historia, y señaló que este premio es en honor de ellas, “porque por todas ellas deben hablar nuestras palabras”, dijo al referirse a la literatura hecha por mujeres.

Lo mismo hizo Fernández Moreno al recordar lo difícil que ha resultado a muchas mujeres para acceder al conocimiento, y recordó como a los 12 años su dentista le recomendó que ya no estudiara tanto, pues no iba a conseguir novio, y aunque siguió empeñada en su estudio entre risas confesó que llegó a tener hasta dos maridos.

Recordó a Sor Juana, y a todas aquellas mujeres que han pagado un precio muy alto por el conocimiento, leyó unos versos del cubano José María Heredia, en el que se recomienda a las mujeres evitar instruirse y volvió a Sor Juana capaz de escribir de cosas sencillas como lo es freír un simple huevo, pero entregar con ello grandes reflexiones.

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