Ya Basta. Ni una Más. Justicia para todas

PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

La brutalidad de los asesinatos de Ingrid y Fátima sacudieron al país y provocaron que de nueva cuenta se levantara la voz de diversos grupos de la población, particularmente de mujeres y jóvenes, para exigir que el Estado Mexicano cumpla con su responsabilidad de proteger a las mujeres y a las niñas.

Nos están matando. Ya Basta, ni una Más. Estado Feminicida. Éstas fueron parte de las exigencias que resonaron a lo largo y ancho del país. Y la indignación es absolutamente justificada. En México, están matando diez mujeres al día, de las cuales al menos una es niña.

Qué bueno que tanto en el caso del Ingrid como el de Fátima, los presuntos asesinos ya hayan sido detenidos, sin embargo, ese sólo es parte de reclamo, que no haya impunidad.

Pero la exigencia central es que el Estado Mexicano cumpla con su responsabilidad de garantizar los derechos y la seguridad de la población, y particularmente de las mujeres y niñas.

Por ejemplo, cómo muchos casos de mujeres asesinadas, si tan sólo las autoridades hubiesen cumplido con su deber y atendido las denuncias previas de violencia, en relación a Ingrid, y haber atendido con prontitud la alerta de desaparición, respecto a Fátima; ambas estuvieran vivas, como miles de mujeres en cuyos casos ni el Ministerio Público ni la policía actuaron con celeridad y sensibilidad.

Tan sólo en la Ciudad de México, de Acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano, el feminicidio alcanzó su tasa máxima histórica durante el segundo trimestre de 2019 y finalizó el año con un aumento de casi 60 por ciento respecto a 2018. Este análisis indica que la tasa de feminicidios creció más del 50 por ciento en 10 de 16 alcaldías. (Milenio, 20/02/2020)

Es por eso que en el marco del pronunciamiento que sobre feminicidios y violencia contra las mujeres que hizo el pleno de la Cámara de Diputados, el Grupo Parlamentario del PRD se manifestó en contra de esta violencia pero también exigimos que sean implementadas acciones concretas para erradicar estas violencias.

Exigimos que sean implementadas políticas transversales, con perspectiva de género y que atiendan la raíz del odio hacia las mujeres.

No necesitamos un discurso de amor ni que, patriarcalmente, nos protejan, ni que se moralice el país -pensando erróneamente que esto resolverá este grave problema-, como lo ha expresado López Obrador.

Necesitamos que los índices de impunidad disminuyan al capacitar a las y los policías, a las y los ministerios públicos y a las y los juzgadores en perspectiva de género.

Necesitamos que la violencia de género sea visibilizada, no encubierta como pretendió el Fiscal General.

Es indispensable que las mujeres y las niñas sean vistas como sujetos de derechos pero que también se les reconozca socialmente y hasta en el lenguaje, porque es ahí en donde se inicia la invisibilidad de las mujeres.

Necesitamos que las niñas y niños sean educados en la cultura de paz y sana convivencia, con perspectiva de género y en igualdad.

Necesitamos que cada una de las mujeres que son violadas, golpeadas, desaparecidas o torturadas por ser mujeres, encuentren en las instituciones la garantía de sus derechos, principalmente, de su derecho a acceso a la justicia.

Necesitamos políticas que protejan a las niñas y los niños del maltrato, que las alertas de violencia contra las mujeres dejen de ser vistos como una herramienta política y empiecen a ser instrumentos para garantizar la seguridad de las mujeres.

Nos urge un Plan Nacional para erradicar la violencia feminicida que, diseñado en conjunto con las autoridades de los tres niveles de gobierno, las universidades, con la iniciativa privada, con la sociedad civil, concientice en todos los niveles, en todas las actividades, en todos los ámbitos, qué es y cómo se previene la violencia de género.

Pero también necesitamos empezar a dialogar como sociedad para dar cauce al enojo que, justificadamente, expresan las mujeres en las calles, en los monumentos, en las puertas y paredes.

Tenemos que inventar un nuevo lenguaje que nos conduzca hacia la reconciliación y respete la otredad.

Tenemos que reinventarnos como sociedad para evitar caer en la normalización de la violencia, específicamente de la ejercida contra niñas y mujeres. Reeducarnos

como sociedad para generar nuevos cánones de convivencia, porque la violencia, si bien constituye un fenómeno sistémico, es ejercida por individuos.

Se lo debemos a las universitarias, a las científicas, a las niñas, a las secretarias, a las profesionistas y a todas las mujeres y niñas.

Se lo debemos a las 265 mujeres que, según cifras extraoficiales, han sido asesinadas en lo que va del año, de las cuales 20 han sido niñas menores de 14 años. Se lo debemos a México.

Coordinadora del GPPRD en el Congreso de la Unión

@juarezpiña

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