El príncipe Andrés y su escándalo de pederastía

EFE.- El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, ha admitido que fue «equivocado» de su parte quedarse en la casa de Jeffrey Epstein, el magnate acusado de tráfico sexual de menores y que apareció ahorcado en su celda de Nueva York.

Así lo ha admitido el duque de York en una entrevista que emitirá esta noche la BBC, grabada el jueves en el palacio de Buckingham, pero algunos extractos han sido adelantados hoy por la cadena.

Niega haber tenido relaciones sexuales con una adolescente, que se vio forzada a ello por el pederasta Jeffrey Epstein. El financiero, amigo del duque de York.

El escándalo lleva años rondado al príncipe, quien en una explosiva entrevista a la BBC realizada en el palacio de Buckingham y difundida la noche del sábado, asegura que el supuesto incidente “nunca ocurrió”. Su decisión de hablar públicamente, como intento de dar carpetazo al asunto, es una apuesta muy arriesgada, que puede volverse en su contra.

Virginia Roberts (ahora Virginia Giuffre) sostiene que una noche, en el 2001, cuando tenía 17 años, bailó y bebió con el príncipe en el club Trump de Londres y después se vio forzada a acostarse con él en la casa de la novia de Epstein, Ghislaine Maxwell. El príncipe clama que esa noche, estaba en una fiesta infantil con su hija Beatriz en una pizzería y luego se quedó en casa. La mujer recuerda que Andrés sudaba profusamente cuando bailaron. Imposible, repite el acusado, alegando una condición médica que le impedía sudar, aunque ha vuelto a hacerlo posteriormente. “No recuerdo en absoluto haberme encontrado con esa señora”, responde el ‘royal’. Roberts sostiene que hubo otros dos encuentros sexuales más con Andrés, en el 2002, en la mansión de Epstein en Nueva York y en una orgía con otras siete u ocho chicas en la propiedad de Epstein en su isla privada. El exmarido de Sara Ferguson lo niega. “Nada de eso ocurrió”. Hay sin embargo una foto, en la que Andrés rodea con su brazo la cintura desnuda de la adolescente a la puerta de la vivienda de Maxwell. El príncipe tampoco la recuerda y afirma que ha investigado si estaba trucada, pero el resultado ha sido inconcluso.

Pasajero del «Lolita Express»
Interrogado sin concesiones ni complacencia por la periodista Emily Maitlis, responsable del informativo Newsnight, después de seis meses de negociaciones, el príncipe, dudoso, empleando un tono demasiado ligero y contradictorio a veces, niega haber mantenido relaciones sexuales con alguna de las mujeres, objeto del tráfico sexual del pederasta multimillonario, cuyas casas solía frecuentar, incluida la de Palm Beach en Florida. Nunca sospechó de él, nunca vio menores en sus propiedades, quizás, piensa, porque como miembro de la familia real está acostumbrado, “a estar rodeado de servidumbre todo el tiempo”, aunque admite haber volado a ellas en el jet privado de Epstein, apodado “Lolita Express”.

Invitado en Windsor y Balmoral
Tampoco supo de la orden de arresto que pesaba sobre su amigo en julio del 2006, cuando le invitó a la fiesta de cumpleaños de su hija en Castillo de Windsor. Epstein, que también estuvo en la residencia real de Balmoral, fue condenado por introducir menores a la prostitución, pero logró un acuerdo con el juez y la sentencia se redujo a 18 meses de cárcel en régimen abierto. Una vez en libertad, en diciembre del 2010, Andrés fue a visitarle y permaneció cuatro días alojado en su casa en Nueva York. Ambos fueron fotografiados caminando por Central Park. Al ser preguntado sobre la decisión de alojarse en la propiedad de un condenado por pedofilia y asistir a una cena para celebrar su puesta en libertad, su defensa es que, era “lo honorable” y “un buen lugar para alojarse”, pero, admite, “fue desde luego una decisión equivocada”. Aquel encuentro con el condenado por un delito tan grave, “fue un error de juicio”, aunque el príncipe sigue defendiendo su amistad con Epstein, porque le proporcionó, buenos contactos y “resultados muy beneficiosos”. Llegado el caso, estaría dispuesto a declarar bajo juramento, algo que las víctimas de Epstein vienen reclamando.

Salvar su reputación
Al final de la entrevista, la periodista le pregunta si no siente “culpable, lamenta o tiene vergüenza” de su comportamiento o de su relación con Epstein. “¿Qué si lamento el hecho de que él se haya conducido de manera inapropiada?”, responde. La periodista le corta en seco. “¿Inapropiada? Era un delincuente sexual”. El príncipe rectifica. “Sí, lo siento, trataba de ser educado, era una delincuente sexual”. El viernes Giuffre, su acusadora, reenvió un tuit en el que se podía leer: “La entrevista sensacional del príncipe Andrés era un intento de salvar su reputación, pero en lugar de eso, lo dicho plantea más preguntas”.

Deja una respuesta

Tu email nunca se publicará.