Apagando la luz

CAVILANDO ANDO/ Alfonso García Sevilla

Lamentables siguen resultando las declaraciones del presidente López Obrador, hoy les toca a los organismos autónomos y su función, específicamente al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) de este último expresó el mandatario que “cuenta con un presupuesto de alrededor de mil millones de pesos al año cuando en la época de más corrupción se hicieron de la vista gorda.”

Del Coneval, refiere AMLO, absurdos que van desde el manejo excesivo del dinero público hasta acusar a su recién destituido titular, Gonzalo Hernández Licona, de tener un salario de 220 mil pesos, cuando en realidad lo era de la mitad, 132 brutos.

Desde su creación, en 2005, la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) le atribuye autonomía y capacidad técnica para generar información objetiva sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia.

De hecho refieren expertos en el tema, hay dos características que le dan fortaleza al actual Comité Directivo: el conocimiento especializado y la libertad de tomar decisiones sin estar vinculados a una carrera política o a una lógica partidista, gracias al perfil académico de sus consejeros.

El justificar la deseada desaparición del Coneval con argumentos como “no conocer las comunidades pobres de México” y que ““no tiene comunicación con el pueblo”como refiere AMLO, es un absurdo como decir que hay que desaparecer a los árbitros porque nunca jugaron fútbol.

Del Inai en reiteradas ocasiones lo ha tachado de organismo “Fifi”, sin medir siquiera los avances tenidos desde su fundación hace ya 15 años, ha sido un instrumento muy útil, que ha permitido disminuir los índices de opacidad en las instituciones públicas, que son germen para que florezca la impunidad y la corrupción.

Hay que reconocer que los resultados de ambos organismos autónomos per se no generan nada, el grave problema es la ausencia de interés de vincularlos obligatoriamente para que sus resultados incidan directamente en el combate a la pobreza y a la impunidad.

De nada nos sirve que Coneval exhiba el poco impacto en el combate a la pobreza si los encargados del diseño de las políticas públicas en la materia (si es que realmente le podemos llamar a lo que pretende esta administración al regalar dinero sin medir sus efectos reales)  no los toman como termómetro para evaluar y corregir en el camino.

Del Inai, mientras sus resoluciones no sean tomadas como indicios de que la opacidad trae consigo un indicio de probable corrupción y no se vinculen directamente con los encargados de investigar estos, difícilmente podremos avanzar en combatirla.

Es la vinculación y la voluntad lo que hará que los organismos autónomos funcionen para lo que fueron creados y no como blanco de ataques de un presidente desorientado y poco comprometido con el combate a la pobreza, a la corrupción y a la impunidad, como lo ha demostrado ser AMLO.

Politólogo, Profesor universitario y miembro del Claustro Acedémico del Itei.

@aagsevilla

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