Sin luz, ni final de túnel

CAVILANDO ANDO/ Alfonso García Sevilla

Aparece en un diario local el día de hoy, los resultados del estudio “Moverse en GDL”, realizado por Jalisco Cómo Vamos, seis de cada 10 tapatíos invierten al menos tres horas diarias en un camión para ir a la escuela, al trabajo y para llevar a cabo el resto de sus actividades cotidianas. 

La evaluación indicó que los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara se encuentran insatisfechos con la calidad del transporte público.

En una escala del uno al cinco, el sistema obtuvo una valoración de 2.8 de parte de los encuestados, lo que trae afectaciones considerables a la productividad y a la calidad de vida de los que aquí vivimos. 

Mientras estos datos son dados a conocer, en la ciudad se tiene detenida la obra que las administraciones priístas anteriores, federal de Peña Nieto y local de Aristóteles Sandoval, arrancaron con bombo y platillo hace 5 años, que en un inicio quedaría concluida por allá del lejano 2016 y que inicialmente tendría un costo de poco más de 17 mil millones de pesos.

Hoy se encuentra inconclusa y el costo a la fecha ha sido de alrededor de 34 mil millones de pesos y un faltante para finalizarla de más de 4 mil millones más.

Esta obra nos deja ver dos cosas: La ineptitud de los políticos para hacer obras con la inteligencia necesaria para lograr la eficiencia y la eficacia encaminadas a solucionar la problemática social imperante y la impresionante corrupción que quedará sin castigo por el elevado costo derivado de la tardanza injustificable de la obra, ya que argumentaban al presentar el proyecto, que no era viable la construcción total subterránea “porque se elevaría el costo al doble”.

Mucho se ha cuestionado el porqué de una inversión tan onerosa en un sistema que apenas podrá dar servicio a 230 mil usuarios de una población de 5 millones de habitantes, o sea algo así como el ¡4.6 por ciento!

Y no se analizaron más opciones de movilidad, que fueran más idóneas al tremendo problema de movilidad que se vive en Guadalajara, incluyendo el BTR o Macrobús, y la respuesta sigue siendo la misma: electoralmente era más redituable…

Lástima que el resto de las acciones de ambas administraciones priistas fueran tan malas y plagadas de corrupción. 

Ahora solo nos queda esperar que las actuales autoridades por fin echen a andar la línea 3, que modernicen y hagan más eficiente el transporte público y que los tapatíos puedan al menos, rescatar una hora diaria del camión para actividades más productivas. A esperar… 

Politólogo, Profesor universitario y miembro del Claustro Académico del ITEI.

@aagsevilla

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