Periodismo deportivo y Huachicoleo

CON CHANFLE/Raúl de la Cruz

En el ámbito futbolístico es un secreto a voces la participación del dinero proveniente del Huachicoleo, sobre todo en las categorías inferiores y en el terreno “amateur”.

Me contaba un amigo ex futbolista que cuando jugó en la segunda división en un equipo de un puerto del norte ganaba más que cuando jugó en Primera División, porque el presidente era un importante miembro del Sindicato Petrolero.

“Llegaba con maletas llenas de dólares y antes del partido nos prometió una buena cantidad para cada uno por concepto de prima si ganábamos”. Decía el ex jugador, omito su nombre por cuestiones obvias, que en muchas ocasiones ganaban más de primas que de sueldo, aparte de las grandes fiestas que duraban hasta 24 horas con mujeres, música de cantantes y grupos famosos de la época pero sobre todo alcohol, bastante alcohol.

Me comentó que en alguna ocasión preguntó y le respondieron que el dinero procedía del huachicoleo, en ese momento se quedó con cara de ¡what!

Pensó se trataba de venta de alcohol adulterado. No. Era gasolina. Con el tiempo se dio cuenta.

Finalmente a ese directivo lo detuvieron en compañía del poderoso secretario del sindicato. Se fueron a la cárcel y el equipo desapareció.

En la semana me habló el jugador y recordó aquellos tiempos cuando el huachicoleo era una actividad desconocida. “Puedo decir que viví del huachicoleo por algún tiempo sin darme cuenta”.

Efectivamente, seguro como ese hay bastantes casos en el fútbol mexicano pero nadie se atreve a denunciarlo.

En el periodismo deportivo el Huachicol era consumido en el gremio pero el huachicol que se bebe y te pone a ver estrellitas. Para cubrir los partidos en el palco de prensa del estadio Jalisco un requisito indispensable era “echarte tu huachicol”, así nos decía un colega bastante mal hablado. “Si no Huachicoleas a qué chingados vienes” y tenías que tomarte por lo menos uno.

Según, era coñac, whisky, brandy, tequila y cerveza. Aparte de suculentos lonches para que amarrara. Ingenuo en alguna ocasión pregunté al colega mal hablado por qué huachicol y respondió. “Pues, porque es alcohol adulterado, a poco crees que estos cabrones nos van a dar vinos de marca.

Aunque, te diré dan el gatazo mientras lo bebes pero al siguiente día sufres una cruda de los mil demonios”.

Por fortuna esa práctica desapareció hace años, era una forma de controlar a la prensa, me confesó un día un ex directivo del Atlas. Es cierto, había “colegas” que sólo asistían al palco de prensa para huachicolear y hasta se quedaban dormidos.

Eso sí, el mesero nunca recibía propinas.

Secretario de Comunicación del STAUdG

@Rulasdelacruz

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