Preguntas inútiles

GarciaPimentel

A LAS COSAS POR SU NOMBRE/Francisco García Pimentel

¿Qué fue primero; el huevo o la gallina?

¿Usted qué opina? Hay quien dice que la gallina; porque solamente las gallinas poseen la proteína específica para crear sus propios huevos. Hay quien dice que el huevo, porque la gallina tuvo que haber nacido de un huevo.

¿Quién tiene razón? Ambos. Y ninguno. En realidad es una pregunta imposible de responder porque es una pregunta mal planteada.

En términos absolutos, el huevo con cáscara rígida existió millones de años antes que las gallinas, como una adaptación evolutiva de los primeros anfibios que, a diferencia de los peces, los necesitaban para poder incubar fuera del agua. Lagartos y todo tipo de reptiles ya usaban huevos; y de ellos, una pequeña parte acabó por adquirir plumas y convertirse en aves; mismas que ya ponían huevos miles de años antes de que las gallinas existieran.

La pregunta correcta sería: ¿Qué fue primero? ¿La gallina o el huevo de gallina? Y aún allí nos encontraremos con un problema, que es la definición de “gallina”, pues la gallina que hoy conocemos es el resultado de un largo, larguísimo proceso de evolución controlada, y no es igual a las gallinas de hace mil años; o incluso de hace cien.

Como sea, la primera “gallina” seguramente nació de un huevo mutado que pusieron sus padres “no gallinas”, pero que eran seguramente muy parecidos a éstas. Esta gallina luego puso lo que sería formalmente el primer “huevo de gallina”. De fondo la pregunta estuvo siempre mal planteada. Debimos haber preguntado ¿cómo es que una no-gallina se convirtió en gallina? Pues de esa pregunta brotan la curiosidad, la ciencia y el desarrollo.

Ahora: contrario a la opinión popular, este no es un artículo sobre biología, o genética, o darwinismo o desayunos. Es un artículo sobre lenguaje; sobre semántica, y sobre el aforismo fundamental de la mente científica: de nada sirve buscar respuestas si no sabemos hacer preguntas.

Aquí otra pregunta que se suele escuchar en círculos ilustrados:

¿Qué es primero: un país de primer mundo o un país con educación?

El proceso es el mismo. No se puede ser un país rico sin tener educación; pero para tener educación de calidad se requiere un país desarrollado. La lógica circular nos aplasta y nos impide avanzar, porque ambas cosas –el desarrollo y la educación- parecen ser mutuamente necesarias y por tanto, permanentemente imposibles. Podríamos -como muchos hacen- concluir que el estado en que estamos es nuestro destino definitivo.

Y esto es porque la pregunta está mal planteada. Otra pregunta más útil es: ¿cómo podemos eliminar el ciclo autofulminante en el proceso de educación y desarrollo? Y la respuesta podría ser: igual que las gallinas. Necesitamos iniciar un proceso de mutación. Necesitamos ser las primeras gallinas. ¿Cómo lograrlo? Bien: esa esa una pregunta que bien vale la pena.

Otras preguntas inútiles: ¿Qué está mal en México? ¿Cristobal Colón fue bueno o malo? ¿Qué significa ser fifí, o chairo? ¿Qué fue primero, la migración o la pobreza? Son preguntas que carecen de sentido, y que no permiten avanzar. En lo individual parecen tener sentido, y seguramente cada una de ellas dará para llenar periódicos enteros; pero son una absoluta pérdida de tiempo.

Si en México estamos entrando en un ciclo político y económico que la mayoría de las veces obtuvo ciertos resultados, es momento de hacer preguntas. La clave está en hacer las preguntas adecuadas. Hay dos opciones: perdernos en cuestiones infértiles sobre la inevitabilidad de lo que viene; o preguntarnos quiénes y cómo lograron romper esos ciclos; y actuar en consecuencia.

La primera opción trae depresión y manos caídas. La segunda tiene vapor y combustión interna. En palabras de Ford: tanto si creemos que podemos como que no podemos; en cualquier caso estaremos en lo correcto.

Director General de DiezLetras Comunica

@franciscogpr

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