Plan de Austeridad de AMLO, bien intencionado, pero tiene huecos: especialistas

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En el marco del CLAD, señalan que este plan va intercalado con una retórica antiburocrática

Aunque de entrada responde a una necesidad legítima, el plan de austeridad del Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene huecos. Señalaron especiales, quienes explicaron que no dice nada sobre evaluación del desempeño, profesionalización de la administración pública y carece de un diagnóstico claro que conecte con los 50 puntos de esa propuesta.

Lo anterior fue analizado en el marco del vigésimo tercer Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) 2018, por parte de especialistas en el panel «El Plan de Austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador», moderado por la doctora Mara Nadiezdha Robles Villaseñor, diputada local del Congreso de Jalisco.

En las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), también coincidieron que el documento de 50 puntos parece más una declaratoria política con valor simbólico, que una propuesta técnica, e implica una paradoja: está mezclado con un discurso hostil contra los empleados del Estado, el cual, es el instrumento para cumplir muchas de las promesas de campaña.

El doctor Fernando Nieto Morales, Profesor de El Colegio de México, indicó que los dos grandes temas son: cómo se gasta menos en la burocracia, y cómo hacerla más eficiente y dotarla de cierto sentido de justicia social.

“En el balance y a pesar de que el plan de Andrés Manuel sí pone el dedo en puntos importantes, tiene dos grandes problemas: que esta agenda de austeridad, que es uno de los brochazos en el plan de la reforma administrativa del próximo gobierno, deja muchos huecos: no dice nada sobre evaluación del desempeño, nada sobre la profesionalización de la administración pública o del servicio profesional de carrera, que son temas centrales, que desde hace mucho tiempo hemos venido insistiendo desde la academia y la sociedad civil como deudas históricas del Estado mexicano. Es preocupante que no se encuentren estos brochazos de reforma administrativa”, explicó Nieto Morales.

El doctor Guillermo M. Cejudo Ramírez, Secretario Administrativo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), indicó que la corrupción, el dispendio y los abusos de la élite política es identificado por la gente como un problema serio, al igual que los privilegios indebidos y el desapego de la élite burocrática hacia la población, y la necesidad de hacer más eficiente el gasto público.

“Las tres cosas son ciertas. El problema es cuando las empalmamos y pensamos que la misma solución atiende las tres. Por eso me parece que en los últimos meses hemos ido y venido, sin mucha precisión conceptual y sin rigor analítico, entre la crítica a la corrupción, un propósito legítimo de austeridad y una retórica antiburocrática muy extraña, más frecuente en los neoliberales ochenteros y en los libertarios gringos, que en un movimiento de izquierda en el que el Estado y su burocracia y el servicio público son parte central de sus instrumentos transformadores”, reflexionó Cejudo Ramírez.

La doctora Mariana Chudnovsky, profesora-investigadora de la División de Administración Pública del CIDE, expuso que el debate del empleo público no es de salarios ni de cantidad de horas, pues eso solo es la punta del iceberg donde conviven dos burocracias: los de la élite, que representan el 2 por ciento del empleo público a nivel federal mexicano, y los de base, que tienen estabilidad y son sindicalizados.

Además dijo que la descentralización de las dependencias, no es sinónimo de cercanía y acceso.

“La gente resuelve con redes cercanas sus problemas cotidianos, con redes que son profundamente eficientes. Y hablo de la red política partidiaria-clientelar y del narcotráfico, en México. Esas están construidas en base a la cercanía y a la satisfacción de las necesidades inmediatas. Cuando se le pide un favor lo resuelve hoy y no en diferido como lo va a dar la burocracia, y sin esfuerzo de lecto-escritura o de generar trámites”, apuntó.

El doctor Alejandro Poiré, Decano de la Escuela de Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), afirmó que lo que espera la gente no es un cambio de régimen.

“A las personas no les importa mucho como están organizados los gobiernos, lo que le importa es lo que hacen los gobiernos. El reto de la administración entrante no es el reto de una reconstrucción política, sino un reto de políticas públicas que reduzcan la impunidad y la corrupción y que mejore los servicios”, añadió.

El doctor David Gómez Álvarez, Profesor de la Universidad de Guadalajara, explicó que este plan tiene como virtud poner de nuevo en la mesa de debate el tema de la burocracia y su mejora. Sin embargo, los 50 lineamientos del próximo gobierno más bien parecen una intención mediática y precipitada, pues no cuenta con metas, objetivos y seguimiento.

“Más parece una serie de lineamientos disímbolos, un popurrí de acciones urgentes, buenos deseos, pero también ocurrencias y despropósitos, unas muy difíciles de implementar y otras imposibles de realizar y no deseables”.

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