No culpes a nadie más

VerónicaJuárezPERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

Andrés Manuel López Obrador no sabemos por qué razones pero siempre estuvo en contra del aeropuerto de Texcoco. No sabemos sus motivos porque siempre se escabulle: no prueba el daño ambiental y tampoco sustentó las acusaciones que hizo de corrupción. Sus explicaciones sólo abren más contradicciones.

Dice que hay corrupción, pero está dispuesto a mantener los contratos a las mismas empresas en Santa Lucía. Asegura que hay un daño ambiental terrible, pero no hay ningún estudio del impacto ecológico en Santa Lucía. El Presidente electo se contradice cada que quiere enmendar lo que luce como su primer gran error.

López Obrador tuvo que inventar una simulación de consulta para no asumir sus responsabilidades. En lugar de encarar el costo político de su decisión, prefirió promover una consulta ilegal, tramposa y sin legitimidad.

Una consulta en donde quien quiso pudo votar dos, tres o hasta cinco veces. En donde no hay certeza de que se contaron bien los votos. En la que Morena, como juez y parte, calificó el ejercicio. En la que hubo un sesgo hacia los estados que apoyan a López Obrador.

No, señor Presidente electo, si Santa Lucía era su opción y está dispuesto a no respetar los contratos firmados por el Estado Mexicano, no tenía que escudarse en la ciudadanía, sino en su propia decisión.

López Obrador está acostumbrado a responsabilizar a otros de sus actos. Se mete con los periodistas y descalifica su trabajo. Condena a la sociedad civil por no compartir sus ideas. Si la economía va mal, ya advirtió que será culpa del Banco de México. De la misma manera, incluso antes de asumir el cargo, afirmó que no podrá cumplir sus promesas porque recibirá un país en bancarrota.

La palabra de un gobernante no sólo vale cuando presume sus logros, sino sobre todo cuando es capaz de reconocer sus errores y sus posiciones. Si las y los mexicanos perdemos millones de pesos para educación por pagar contratos incumplidos o el proyecto de Santa Lucía no resuelve la saturación aeroportuaria del centro del país, la responsabilidad será de AMLO por tomar la decisión de rescindir los contratos y dejar tirada una obra con el 30% de avance.

México requiere certezas. El problema no son los empresarios, ni los mercados, ni los fifís. El problema es un Presidente electo que piensa que puede amoldar la realidad a sus ideas. Andrés Manuel no tiene los pies en la tierra y, por lo tanto, hace cuentas alegres.

No escucha a sus colaboradores y menos cuando contradicen sus ideas. No hay nada más lamentable que responsabilizar a la ciudadanía por decisiones que competen exclusivamente a las autoridades.

López Obrador manda un pésimo mensaje y veremos cuánto tiempo puede navegar diciendo que todos se equivocan, menos él. Se necesita responsabilidad para gobernar un país que reclama cambios muy profundos.

Vicecoordinadora de la fracción PRD en el Congreso de la Unión

@juarezvero

Deja una respuesta

Tu email nunca se publicará.