Lolosaurio en peligro de extinción

guero2CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla

Durante la campaña electoral en pos de la elección del 2012, Enrique Peña Nieto se ufanaba del rostro del “Nuevo PRI”, del relevo generacional que había puesto en el poder en gobiernos locales a Javier Duarte, Roberto Borge y Javier Duarte, mismos que decía el entonces candidato, eran muestra de la renovación de su partido, misma que ganó la mayoría de las gubernaturas entonces en juego. La realidad después de seis años es dramática para el tricolor y para los mexicanos.

Con la mayoría de los hoy salientes gobiernos estatales y ante sus pésimos resultados, aunado al fracaso rotundo de una gestión federal salpicada de excesos, corrupción e impunidad, cuya principal apuesta, las reformas estructurales, han sido todo lo contrario de lo que prometió al inicio de su gestión, han llevado a la peor catástrofe electoral en la historia del otrora “partidazo”.

De esta lamentable derrota electoral, los priistas realizaron foros de consulta entre la militancia y simpatizantes, arrojando como resultado que fueron los malos gobiernos, la corrupción e impunidad las causantes de ella. En otras palabras, quisieron ratificar lo que durante este sexenio la población y los medios de comunicación les gritaban. Al PRI le gusta jugar al tío Lolo.

Esto no es lo trascendente, lo que realmente indigna es la ceguera y prepotencia con la que los gobiernos tricolores de todos los ámbitos se desempeñaron en el último sexenio. La lejanía que mostraron con el ciudadano y el nulo compromiso para castigar la corrupción, que dejará un mar de impunidad nuevamente, se reflejan en las frases célebres del aún mandatario, de las muchas que recordaremos y que corroboran su desconocimiento de la realidad que padecen los mexicanos, para muestra un botón, de lo dicho por Peña en marzo de este año:

«Quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis, crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes, porque no es lo que está pasando, y las cifras hablan por sí mismas, honestamente somos un país que en un entorno mundial complejo y difícil, si hemos venido creciendo, hoy tenemos empleo y cuando hay crisis no hay empleo».

Esto confirma las causas de la derrota: políticos soberbios, improvisados, cuyo compromiso ha sido con la generación de su propia riqueza por encima de desempeñar un cargo público buscando el beneficio de sus gobernados.

Debido a ello, hoy México se encuentra sumido en la peor crisis de inseguridad, de corrupción e impunidad de la historia. La pregunta que vale la pena hacer a los priistas es ¿reformar con los mismos? Y a los mexicanos ¿Olvidarán nuevamente en las siguientes elecciones?

Politólogo, profesor universitario y miembro del Claustro Académico del ITEI

@aagsevilla

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