POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
Hay colonias en todo el país donde caminar es más difícil e inseguro que trasladarse en auto, por ende, la gente cree que se debe invertir en infraestructura vial; lo que la gente no sabe es que al mismo tiempo de construir más vialidades, aumentan los autos, y si se invierte más en calles y calles, los autos crecen y crecen, es un círculo vicioso.
Los grandes cambios no vienen ni vendrán de los gobiernos, sino de la gente, de los vecinos que logran ponerse de acuerdo para hacer más seguras sus calles. ¿Cómo?
Procurando comunicación e interacción entre ellos, construyendo acuerdos que les permita vivir en calles transitables para peatones y personas con discapacidad, respetando el espacio de otro, velando porque sus mascotas no dejen “recuerdos” en las vías públicas que son de todos y de todas, de esa manera se viven colonias más amigables y con perspectiva de futuro.
Hablando de movilidad, en Guadalajara hay colonias que por su vocación y gran afluencia de vecinos, paseantes y turistas, se deben establecer modelos novedosos, que conlleven la voluntad de la gente y que realmente se cristalicen cambios para mejorar.
En la zona oriente de Guadalajara, hay colonias que con voluntad y coordinación de sus colonos, podrían mejorar su movilidad peatonal de manera increíble, y de tal manera que hasta pueden acrecentar su comercio y su calidad de vida, pero desafortunadamente, viven tan dependientes del auto que ni siquiera imaginan que sería vivir sin él.
Hay retos en la nueva era, hay cambios que debemos aceptar, vienen nuevos proyectos globales y debemos adaptarnos, debemos vencer nuestros propios paradigmas.
Encarar nuestros propios problemas es afrontar realidades, evaluar cómo estamos y hacia dónde vamos, reconstruirnos si es necesario. Cometimos el error de construir ciudades para autos, no fuimos capaces ni siquiera de construir una cochera antes de comprar un auto, o dos, o tres; y mucho menos hemos sido capaces de desafiar nuestros malos hábitos.
Por eso invito a reflexionar sobre la ciudad que queremos, que ciudadanos somos, que comunidad representamos y que tipo de colonia deseamos para nuestros hijos. La zona oriente de Guadalajara tiene gran potencial, tiene una gran oportunidad de ser el futuro de la ciudad, solo es cuestión de voluntad, de esfuerzo compartido y de aportarle a una nueva visión de vivir.
¿Qué debemos hacer? Primero ser más respetuosos con el peatón, respetar banquetas y rampas para personas con discapacidad; dejar el auto para traslados cortos (por lo menos) y obedecer los señalamientos viales; ya después, ir ganando terreno para humanos, eso quiere decir, ir quitándole espacio al auto.
Al principio será difícil pero ya dejando al dependencia al auto, verán que es mucho más fácil, empezarán a conocer realmente a sus vecinos, a apreciar los árboles y sus frutos, claro, también verán los desperfectos de la colonia y se visualizarán, de tal modo que juntos se irán transformando.
Todo es cuestión de voluntad, de lo contrario, sigamos cavando nuestra propia tumba, vamos bien, el auto sobrevivirá pero nosotros no.
