PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
Morena recibió un gran apoyo popular el pasado 1 de julio. Muy lejos de la mayoría que tienen, pero sin duda son el partido más votado. De la misma forma, el proyecto de López Obrador obtuvo respaldo en las urnas.
Y, por ello, como perredistas, hemos decidido ser una oposición crítica, pero también dialogante. Una oposición que encabezará la agenda progresista, pero que sabemos que la ciudadanía pidió un cambio y no dudaremos en ejercer esa función.
Sin embargo, no creemos en las trampas a la democracia. No creemos en traicionar la voluntad popular por unos cuantos asientos. Son esos pactos en lo oscurito lo que las y los ciudadanos han rechazado por años de la política tradicional.
Por lo tanto, nos parece inmoral que se trafique con asientos en el Senado o en la Cámara de Diputados y no se respete la voluntad popular. No es un demócrata sólo el que compite en elecciones, sino el que sabe respetar el veredicto de las urnas y actúa con congruencia.
La corrupción parlamentaria es uno de los males endémicos de nuestra democracia. Dicha corrupción se expresa de múltiples formas, pero tiene su origen en la discrecionalidad. Es decir, en la opacidad para la toma de ciertas decisiones.
Ante eso, como vicecoordinadora de la bancada del PRD impulsaré todos los mecanismos necesarios para hacer del Poder Legislativo una caja de cristal en donde estos actos sean impensados.
Un Poder Legislativo que entienda que su papel es representar a las ciudadanas y ciudadanos y que, al no hacerlo, aumenta la brecha entre ciudadanía y cargos electos.
Nos hemos equivocado en el pasado, lo admito; sin embargo no pensamos cometer los mismos errores.
Por lo tanto, empezaremos con nuestra actuación. De mi parte, y la bancada de perredistas, haremos públicos las razones de nuestro voto.
Lo menos que podemos hacer es siempre explicar por qué tomamos ciertas decisiones y por qué rechazamos otras. De la misma forma, impulsaremos todos los mecanismos que tengamos a la mano para abrir el trabajo parlamentario al escrutinio y participación de la sociedad civil.
Como ha pasado en Jalisco, consideramos que un Congreso que se abra a organizaciones no gubernamentales y a la elaboración conjunta de las iniciativas, dará mejores resultados.
Nosotros no estamos casados con nadie. Nuestra posición es empujar a que salgan acuerdos que amplíen derechos y libertades, no que los restrinjan.
De la misma forma, abrir puertas y ventanas del Congreso para que exista interlocución constante con la sociedad y que el Poder Legislativo sea un espacio que represente mejor los intereses de la mayoría de las y los mexicanos.
No estaremos en acuerdos en lo oscurito y tampoco nos esconderemos a la hora de dar la cara. México debe renovarse por completo y el Poder Legislativo no es la excepción.
