Bartlett el alquimista

RocíoMorgan

EFECTO AKRASÍA/Rocío Morgan Franco

Andrés Manuel sigue dejándose atraer por el Efecto Akrasía. Insiste en dejar de hacer todo aquello que es para bien y que incluso, le beneficia. Su última afrenta, pretender nombrar Director de la Comisión Federal de Electricidad al ominoso y funesto Manuel Bartlett.

Quienes vivimos el 88 no podemos olvidar el enorme y tremendo fraude electoral fraguado y operado por este personaje que representa lo peor del sistema político priísta, opresor, manipulador e insufrible y contra el que luchamos, no solo desde el PAN, sino desde la misma izquierda. La misma izquierda que hoy lo recibe con los brazos abiertos, le pone una alfombra roja y lo sienta en la cabecera de la mesa. Me imagino la cara de Cuauhtémoc Cárdenas y el estrepitoso ¡Plop! cuando se fue de espaldas. El mismo que recientemente se reunió con Andrés Manuel para felicitarlo por su triunfo, el mismo al que la izquierda asegura que le fue robado el triunfo en 1988 a manos de este innombrable.

Ahora, sale la “chairiza” a defender lo indefendible. Ahora pretende Andrés Manuel “lavarle la cara” a Bartlett con el simple hecho de sumarlo a sus filas. El señor está perdonado de todas sus tropelías porque Andrés Manuel ya lo “purificó”.

Pues bien, en Acción Nacional (y en otros sectores) no olvidamos el enorme daño que le hizo a la democracia mexicana, a la República y al sistema electoral, al fraguar y operar la tristemente célebre “caída del sistema” que le daría el triunfo electoral a otro nefasto personaje: Carlos Salinas de Gortari.

Con su actuar, terminó por quebrar la de por si endeble confianza en las instituciones, desconfianza de la que todavía no podemos levantarnos, pues después de esa elección presidencial nos enfrascamos en una vorágine de reformas electorales hasta nuestros días, comenzando con la gran reforma electoral de 1989, encabezada por el icónico Manuel “Maquío” Clouthier, tratando de blindar el sistema electoral, poniendo cada vez más candados, fortaleciendo el sistema penal para elevar a delitos las tropelías electorales.

Con su inmoral manera de proceder terminó por descarar lo peor del sistema priísta. Pero después de décadas al servicio del régimen priísta, como vulgarmente dicen, “chaqueteó” y se fue a uno de los peores partidos, el mediocre PT y de ahí, Andrés Manuel, virtual presidente electo, lo “rescata” y se lo lleva a las filas de Morena. Sabrá qué cosa le deba para rescatarlo de esa manera y ofrecerle hacerlo director de una de las más grandes empresas paraestatales.

Lo que sí, es que el presunto nombramiento ha despertado toda clase de especulaciones, encendido alarmas en varios sectores y ha hecho cundir el descontento social y político. La afrenta del 88 no se olvida, aunque parece que a algunos convenientemente les ha dado amnesia, se hacen los ofendidos por los “ataques” a Bartlett (comenzando con él mismo) y empiezan a lanzar acusaciones a diestra y siniestra.

Bartlett ha sido el mayor de los alquimistas electorales. Llevó a grados superlativos el fraude electoral, y redujo el robo de urnas, el carrusel, el ratón loco, el taco de votos, la tamaliza, las urnas

embarazadas, a viles tropelías y vandalismo. Subió de grado a los hasta entonces conocidos como “mapaches electorales” y se erigió en el Master de todos ellos. En el 88, dictó cátedra de cómo fraguar y ejecutar el mayor fraude electoral de toda la historia de México, en unos cuantos minutos, utilizando la recién inaugurada tecnología que supuestamente permitiría conocer en unas cuantas horas el resultado de la votación presidencial en la mayor maquinaria para burlar la voluntad popular. Sólo que el pueblo de México nunca lo supo (ni lo sabrá) porque “el sistema se cayó”.

¿Quién ganó la elección presidencial de 1988? Los del PAN decimos que el Maquío Clouthier. Los del entonces Frente Democrático Nacional (FDN, integrado por los extintos partidos PARM, PPS y PFCRNi), dicen que el ganador fue Cuauhtémoc Cárdenas. Nunca lo sabremos.

Tras la trágica elección de 1988, y desparecido el FDN, se fundaría el PRD por el propio Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador (ambos priístas renegados que acababan de abandonar ese partido). Ahora, un indignado (¡¿?!) Bartlett alega que los que fraguaron el fraude (o sea, que acepta que sí hubo) fueron su otrora jefe, Carlos Salinas (ganador de esa contienda); Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón, por haber estos aceptado en su momento, la quema de los paquetes electorales del 88.

Solo que se le olvida que la quema de paquetes se efectuó 10 años después de ocurrido el fraude. ¿A quién pretende engañar con esa perorata?

Por si fuera poco, de todos es conocida su abierta oposición a la reforma energética impulsada por Peña Nieto en 2013, alegando que contraviene principios constitucionales. Pero ahora que le prometieron nombrarlo director de la CFE, parece que la tal reforma “siempre si está funcionando” y ya no tiene intenciones en revertirla ni de atacarla.

No importaría que siga siendo inconstitucional mientras esté “funcionando”, ¿O no? El hecho que si esté dando resultados, sin importar si transgrede o no la Constitución, parece que ya no es importante para el Sr. Bartlett. Como antes y hoy, para él, el fin justifica los medios. Veremos si el virtual presidente electo, logra mantener este eventual nombramiento, al igual que la otra media docena de sus disparates, e insiste en echarse encima el descontento popular.

Secretaria de Comunicación del CDE PAN Jalisco

@RoMorganF

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