¿De vuelta al virreinato?

RocíoMorganEFECTO AKRASIA/Rocío Morgan Franco

Primera parte

Dos anuncios, hechos por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, han despertado suspicacias y sonado las alarmas en más de un partido político, cámara empresarial, asociación civil o entre el gremio académico.

Y es que en días pasados, el presidente electo, que por cierto aún no toma posesión, sino hasta dentro de cuatro meses y medio, fue y apaleó el avispero proponiendo dos flamantes y “originales” ideas: “Descentralizar” las dependencias federales del Poder Ejecutivo mandándolas a los estados de la república y acabar con las delegaciones federales y sustituirlas por un “Coordinador Estatal de Programas de Desarrollo”, lo que para muchos analistas y líderes de opinión pública han dado en llamar los “nuevos virreyes”.

Personajes todopoderosos con poder inconmensurable en el manejo de los recursos federales, que además deberán ser altamente efectivos y expertos en todas las materias (salud, educación, agricultura, turismo, medio ambiente, por mencionar algunas. Imagínese, actualmente en Jalisco hay 67 delegaciones federales…) y que solo tendrán que reportar al Presidente. Un poder virreinal que pasa incluso por encima de los gobernadores constitucionales.

Según David Sotelo Rosas, el anuncio de López Obrador, de que “a partir de diciembre se cambiará el Convenio de Coordinación Fiscal, mediante el cual la Federación entrega recursos a través de partidas presupuestales a los estados, es una terrible noticia que golpea no solo a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos (artículos 26, 40, 74, 79, 115, 116, 134, entre otros) sino al mismo sistema federalista y republicano” constituye un retroceso de 206 años en la historia política y democrática de México.

Esta situación se asemeja a la decimonónica y colonial figura de los “jefes políticos” creada en 1812, por la Constitución de Cádiz (Capítulo II, del Título VI, artículos 324 a 337), donde el Rey de España los designaba como la autoridad al frente del gobierno de las provincias de la Nueva España. Cabe acotar también que estos jefes políticos tuvieron vigencia durante el Porfiriato, y que eran generalmente los compadres del presidente.

De confirmarse lo anterior, dice Sotelo, estaríamos dando un salto de involución histórica, constitucional, política, económica y administrativa.

La idea, como se puede ver, tiene de original lo que cualquier película en DVD en el tianguis. Es una idea que nosotros creíamos haber superado tras la revolución y que nos costó nuestras buenas décadas de luchas, discusiones, trabajos, enmiendas constitucionales, conseguir para fortalecer el federalismo y la autonomía municipal.

Y luego viene la propuesta de “descentralizar” las dependencias federales y trasladarlas a los estados de la República, en una idea retorcida, mal entendida y completamente fuera del propósito de interpretación del Federalismo.

López Obrador nos viene a vender “espejitos”, proponiendo una idea remasterizada de los años 50, que no prosperó y que resurgió otra vez tras los sismos del 85, pero que tampoco prosperó. No solo por lo impráctico y costoso, sino porque atenta precisamente contra el Federalismo, encarece los trámites, alarga los tiempos de espera de los mismos y dificulta los traslados. Imagine usted al gobernador, de cualquier estado, que en lugar de ir a la Cd. De México y visitar en dos días unas cinco secretarías, se tenga que aventar un tour por cinco estados de la República, para visitar la secretaría respectiva que haya sido instalada ahí, encareciendo los traslados, desperdiciando tiempo en los mismos y alargando el tiempo que se ausentaría de sus labores en el estado.

Así la cosa, según el portal de noticias ADN, en Jalisco se ubicaría la SAGARPA… pero el gobernador o los municipios tendrían que trasladarse, por ejemplo, a Durango para ver algún asunto de la Comisión Forestal; o a Nuevo León para ver temas relacionados con la Secretaría de Economía; o a San Luis Potosí para hacer gestiones ante la SCT; o a Oaxaca para gestionar recursos ante Sedesol; a Yucatán para acudir a la SEMARNAT o a Michoacán para arreglar asuntos relacionados con el IMSS o del ISSSTE tendrían que ir a Colima… Además, el caprichito nos va a costar la friolera de $125 mil millones de pesos (MDP).

¿Sabe a qué equivale esta fantástica cantidad? Al costo del fabuloso programa de dádivas asistencialistas que también propuso López para adultos mayores de 65 años (9.5 millones de personas) y personas con discapacidad (a $1,100 pesos cada una); y las becas de los jóvenes que no lograron acceder a la universidad ($2,290 pesos cada una), cuyo costo está estimado en exactamente $125 mil MDP. Esta cifra también supera con creces todo el presupuesto otorgado a la SEDESOL en 2018, que es de $106 mil MDPiv.

Expuesto esto, en la siguiente entrega, explicaré las sinrazones de estas propuestas, a la luz de las propuestas federalistas que históricamente ha presentado Acción Nacional y analizaremos cómo es que estas propuestas lopezobradoristas pueden sucumbir al efecto Akrasía.

Secretaria de Comunicación del PAN Jalisco

@RoMorganF

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