Más que amnistías, derechos y libertades

VerónicaJuárez

PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

En una democracia moderna, las ciudadanas y ciudadanos gozan de derechos. En una democracia de segunda, reciben dádivas de los gobernantes. En la primera, el Estado garantiza las condiciones para que un hombre o una mujer se desenvuelvan plenamente en el uso de su libertad, mientras que en el segundo caso, el aparato estatal quiere tener a la persona controlada y bajo su yugo.

En el PRD nos hemos esforzado por décadas para tener una sociedad que funcione bajo la premisa del derecho y no de las concesiones que otorga convenientemente la autoridad.

Por ello, pensamos que existen buenas razones para legislar a favor de la venta y consumo legal de la marihuana-y que luego abramos una discusión nacional para la posibilidad de legalizar muchas de las sustancias hoy prohibidas.

Primero, el 40% de los recursos económicos que reciben los cárteles sigue proviniendo de la marihuana; esto quiere decir que la legalización golpearía severamente sus finanzas. Poner un alto impuesto y luego destinarlo a la atención médica de las adicciones.

Segundo, más que una amnistía-una concesión extraordinaria de un Gobierno-, la legalización le abre una puerta a miles de mexicanas y mexicanos que tuvieron que enrolarse en el crimen por necesidad económica.

Cuando legalizas, la amnistía ya no es necesaria. Y, por lo tanto, el objetivo es incorporar a esos miles a espacios productivos y trabajos dignos. Tercero, despresuriza las cárceles. Y es que de acuerdo con el CIDE, el 41% de los presos federales por delitos de drogas fue detenido con sustancias ilícitas que tienen un valor inferior a los 500 pesos.

Sabemos que nuestras prisiones están lejos de ser espacios propicios para la reinserción, por lo que la mayoría de estos detenidos podrían tratar sus adicciones mejor fuera de la cárcel.

Cuarto, lo que demuestran otras experiencias internacionales es que la legalización permite regular y, por lo tanto, evitar algunos efectos nocivos del prohibicionismo.

Por ejemplo, el inicio temprano en el uso de las drogas. Lo que demuestran países como Holanda, Portugal o Uruguay, es que la regulación sirve para evitar que las y los adolescentes se acerquen a edades muy tempranas a las drogas. Como estamos ahorita, en el prohibicionismo,

para muchas y muchos es más sencillo comprar marihuana que alcohol. La regulación nos podría permitir avanzar de forma más sólida en esta agenda.

Y quinto, legalizar supone cambiar el modelo de seguridad y centralizarnos en los efectos de la droga en la salud pública. Considero que es mejor atajar los problemas que afectan a un joven desde la casa, la comprensión o el sistema de salud, que hacerlo desde las cárceles.

La vía penal no resuelve el consumo y significan miles de millones de pesos vertidos en una estrategia fallida y que sólo supone más muertes, derroche y tragedia social.

Como legisladora del PRD, seguiré dando la batalla para lograr que en México las drogas sean un problema de salud pública y no de seguridad. Que entendamos que las drogas existen y que podemos evitar sus efectos de mejor manera, desde la regulación y la legislación.

México ha sufrido mucho por un prohibicionismo ciego que nos ha llevado a más de 200 mil asesinados en 12 años. Desde el Congreso de la Unión trabajaremos sin cortapisas en esta agenda que supone más derechos y libertades para todas y todos.

Delegada nacional del PRD

@juarezvero

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