Millennial que se respeta

GarciaPimentelA LAS COSAS POR SU NOMBRE/Francisco García Pimentel 

Miguel, de 35, es millennial. Es socio en una cadena de restaurantes con más de 15 locales, y tiene planes de expansión.

Chava, de 31, es millennial. Ha fundado cuatro negocios y vende productos en todo el país.

Luisa, de 33, es millennial. Vive en casa de sus padres y ha cambiado cuatro veces de trabajo en el último año.

Arturo, de 25, es millennial. Su deuda de tarjeta de crédito es casi tan grande como su lista de seguidores en Instagram.

Todos son reales y  –repito- son millennials. Nacieron entre el ’80 y el 2000; son casi nativos digitales, han vivido situaciones muy similares; todos se mueven bien con la tecnología; son tolerantes y modernos; hábiles en videojuegos; quieren comerse al mundo. Son millennials, sí, pero no son iguales.

Cuando se habla de millennials, es fácil opinar que todo es rosa, o que todo es negro. Los millennials, como generación, tienen una serie de características comunes. Pero estas características pueden convertirse en su perdición… o en su mayor fuerza. Hay una gran diferencia entre ser un millennial alfa, que se respeta; y un millennial beta… que flota a la deriva esperando una riqueza que nunca llegará.

Para poner los puntos sobre las íes, seamos claros. Un millennial que se respeta:

  1. Es hábil en tecnología; más allá de los likes. Es verdad que los millennials le sabemos picar al Smartphone y a todas las redes, y que no sabemos qué es la Guía Roji (para eso está Google Maps); pero saber usar apps sociales y de fotos es el equivalente actual a saber contar hasta el 20 en el kínder: cualquiera puede hacerlo. ¿Qué tal diseñar, programar, calcular, hacer una presentación, un presupuesto, un video medianamente profesional? Hey, casi toda la tecnología está disponible y es gratuita o barata. No te quedes con la bola.
  2. Iniciativa es su segundo nombre. Es cierto: nos gusta ser libres. Pero eso tiene un costo. La velocidad con que se mueve el mundo genera cientos –miles- de oportunidades cada día. ¿Quieres que te digan qué hacer y que te den tu chequecito quincenal? Bienvenido al mundo godín, a la carrera sin fin. ¿Quieres ser un millennial que se respeta? Haz esa llamada, busca esa comisión, persigue esa idea y cáete muchas veces. No hay de otra.
  3. Finanzas personales. El mundo en que uno trabajaba 30 años en una compañía y se jubilaba alegremente está desapareciendo. A un millennial alfa le vale un pepino el coche que traen los demás y sabe decir no a la tarjeta platino. Sabe, en cambio, hacer un presupuesto, ahorrar, invertir, emprender y construir un patrimonio que lo mantendrá a lo largo de su vida. Los que no aprendan esto más temprano que tarde se verán el rostro con la fea realidad de la pobreza y la deuda infinita.
  4. Unidad de vida. La línea que divide la vida privada de la pública cada vez es más delgada, cuando no invisible. Las redes sociales ponen nuestras vidas a vista de todo el mundo, y las fotos de hoy serán las vergüenzas de mañana. La transparencia y la responsabilidad social son las nuevas monedas de cambio. Un millennial alfa sabe comprometerse consigo mismo y con los demás; es una persona de una pieza, cuyo sí es sí, y su no es no.
  5. Mundo. El planeta interconectado pone toda la información en la palma de la mano, y lo que pasa ayer en Asia impacta lo que pasa hoy en América. Estar al tanto de lo que sucede en el mundo –no solo en los deportes- es un capital personal fundamental para un millennial que quiera desarrollarse en cualquier ámbito –político, empresarial, financiero, cultural-. Ya no hay excusas.
  6. ¿Y los demás? Un millennial alfa ha abandonado la mentira de la autoestima con la que lo educaron. Sabe que no es el centro del universo, que nadie le debe nada, y que sus sentimientos no cambian el mundo. Sus acciones sí. Dedica tiempo, esfuerzo y recursos para ayudar de forma genuina y desinteresada a otros, cercanos y lejanos. No por moda, sino por convicción permanente.
  7. ¿Títulos? Son apenas el comienzo. El mundo cambia a un ritmo sin precedentes, y toda la información del mundo cabe en la palma de la mano. El millennial alfa lee, investiga, aprende y se prepara todos los días de su vida. Nunca deja de absorber e interesarse por nuevos temas y conocimientos. Sabe que la riqueza nace de la creatividad, y la creatividad de la curiosidad.

Las empresas se están adaptando a los millennials alfa (trabajadores, creativos y de una pieza). Los  demás, pueden esperar sentados. La decisión es ahora.

Francisco es autor de El Reto Millennial y otros títulos. Recibe tomatazos en twitter @franciscogpr

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