PESIMISMO ILUSTRADO/Jorge Rocha
Uno de los asuntos que sin duda cimbró este sexenio es la corrupción. Se debatió sobre sí es un tema cultural o un problema de las instituciones, sí ser mexicano nos coloca automáticamente con una tendencia a la corrupción o sí es un problema tan arraigado, que no se podrá resolver.
Yo parto del supuesto que la corrupción no es parte del ADN de una persona que nace en este país, pero sí estoy convencido que es un problema estructural e histórico en nuestra nación.
Esta semana conocimos de un nuevo caso donde la corrupción indigna, donde la corrupción cala en lo hondo porque afecta a los más pobres.
Se dio a conocer una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, a propósito de las irregularidades que detectó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en el programa de apoyo a damnificados de los sismos del año pasado, en el que Bansefi depositó apoyos a 1,495 beneficiaros con un monto total de 68.8 millones de pesos.
Las pesquisas de Mexicanos contra la Corrupción mostraron que hubo casos donde se generaron varias tarjetas para una sola persona, y que cuando verificaron que el recurso hubiera llegado al beneficiario, se dieron cuenta que el monto que le llegó fue mucho menor o simplemente no les llegó.
Por ejemplo, a Reynado Molina Espinoza del estado de Chiapas, la información muestra que pusieron a su nombre 34 tarjetas en las cuales se depositaron 510 mil pesos, a esta persona sólo le llegó una tarjeta por 15 mil pesos.
A Manuel de Jesús Hernández, también del estado de Chiapas, se le destinaron 26 tarjetas con un monto total de 390 mil pesos, al verificar la información a esta persona no le llegó nada. Martha Rubenia Martínez Montoya, también del estado sureño, fue beneficiada con 18 tarjetas con un monto de 270 mil pesos, en la realidad sólo recibió dos tarjetas con 60 mil pesos. Wilian Cruz Sambrano, oriundo de Chiapas, fue beneficiario de 16 tarjetas con un monto de 240 mil pesos y a la fecha no ha recibido nada.
Estos son algunos ejemplos de este lamentable hecho y que muestra cuando aún en situaciones tan delicadas como estas, la presunta corrupción sigue presente.
Para los asuntos locales y en el mismo tema, en días recientes se instaló el Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción (SAE) de Jalisco, que pretende combatir este grave problema en la entidad. Hay que decir que el proceso de construcción del SAE ha sido complicado y tortuoso; y a pesar de que las cosas han salido suficientemente bien, la constante es que hay escollos por todas partes y en el proceso de implementación francamente no creo que el camino se allane, al contrario, creo que el proceso de arranque será complicado, tendrá problemas y enfrentará múltiples resistencias por parte de la mayoría de la clase política, que declarativamente apoya al Sistema y lo respalda, sin embargo, en la práctica este apoyo no fluye de la misma manera.
