Grupo pide que Israel responda por reporteros muertos

AP.— El ejército israelí ha evitado de forma sistemática la responsabilidad por la muerte de 20 periodistas en las últimas dos décadas, con investigaciones lentas y opacas que nunca han supuesto cargos ni castigos, según dijo el martes en un informe un grupo internacional de libertad de prensa.

El Comité para Proteger a los Periodistas (CPJ) emitió su informe antes del primer aniversario de la muerte de Shireen Abu Akleh, una periodista palestino-estadounidense de la televisora por satélite Al Jazeera, que murió cuando cubría una redada del ejército israelí en la ocupada Cisjordania.

El ejército ha dicho que probablemente Abu Akleh murió por fuego israelí, pero que el tiroteo fue accidental y no ha anunciado ninguna acción disciplinaria.

“La muerte de Shireen Abu Akleh y la falta de un proceso de investigación del ejército para exigir responsabilidades a nadie no es un suceso puntual”, dijo Robert Mahoney, director de proyectos especiales del CPJ y uno de los editores del reporte. “Forma parte de un patrón de respuesta que parece diseñado para eludir la responsabilidad”.

El CPJ, con sede en Nueva York, documentó los casos de 20 periodistas muertos a manos del ejército israelí en los últimos 22 años. Dieciocho de ellos eran palestinos, mientras que los otros dos eran corresponsales extranjeros europeos. Al menos 13, incluida Abu Akleh, estaban claramente identificados como periodistas o viajaban en vehículos señalizados de prensa.

“Nadie ha sido acusado ni responsabilizado nunca por estas muertes”, indicó el reporte. “La impunidad en estos casos ha socavado gravemente la libertad de la prensa, sumiendo en la precariedad los derechos de los periodistas”.

El informe identificó una “secuencia rutinaria” en la muerte de periodistas. Las autoridades israelíes suelen ignorar pruebas o declaraciones de testigos cuando los casos aún se están investigando, y los periodistas son acusados de terrorismo sin ninguna prueba. Las pesquisas pueden alargarse durante meses o años y envueltas en secretismo antes de cerrarse, y las familias de los muertos tienen pocos recursos legales.

“El procedimiento israelí para examinar las muertes de civiles como periodistas a manos del ejército es una caja negra”, indicó. “No hay un documento oficial que describa el proceso en detalle y los resultados de cualquier pesquisa son confidenciales”.

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