Oviáchic y Batuc, los lúgubres panteones acuáticos de México

Cada 20 años salen las 200 tumbas que yacen en estos viejos panteones acuáticos del estado de Sonora

Cada 20 años, más o menos, ocurre en Sonora un fenómeno para algunos macabro: cientos de tumbas antiguas emergen de las dos principales presas alimentadas por el río Yaqui, propiciando con ello un panorama tan funesto como impresionante.

Los sepulcros hechos de ladrillo, arcillas y cementos, surgen del lago dejando ver las lápidas dedicadas a los muertos que ahí descansan. Las fechas que se muestran son tan antiguas como 1620 o tan recientes como 1950.

¿Cuál es el estado de los cuerpos bajo el agua?
Nadie sabe si debajo de las tumbas aún hay cuerpos con la descomposición detenida gracias a las sales del agua, o si de plano ya se desintegraron de forma parcial o total.

Porque simplemente resulta casi imposible para escarbar en busca de cualquier vestigio, o simplemente porque muchos de los muertos que hay ahí ya fueron olvidados por sus familias desde hace décadas.

A estos cementerios solo es posible llegar en bote de remo, en lancha, o tal vez caminando a sabiendas de que a la mayoría de los exploradores el agua les llegará algo más arriba de las rodillas.

La historia de por qué estos panteones se encuentran bajo el agua empieza en 1952, cuando el gobierno del presidente mexicano Miguel Alemán Valdés, decidió crear un sistema de presas alimentadas por el río Yaqui, a fin de tener un sistema de riego para los cultivos de la región.

Así surgieron los cuerpos de agua Oviáchic y la Batuc, entre otras más, que toman sus nombres de antiguos pueblos fundados 1616, mismos que fueron inundados para crearlas.

En 1952, los habitantes de ambos poblados fueron obligados a abandonar sus comunidades para permitir la inundación del terreno y poder almacenar toda el agua. Todo fue tan apresurado que muchos no pudieron sacar a sus difuntos de los panteones para reubicarlos en un panteón seco.

Casi todos los habitantes aceptaron que sus muertos quedaran en el fondo de las nuevas presas hasta el fin de los tiempos, o hasta que una sequía llegue, que es lo que ha ocurrido en los últimos años en el norte del país.

Con información de Muy Interesante

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