Eduardo González Velázquez
Gustavo Petro ganó la presidencia de Colombia. Es el primer presidente de izquierda en hacerlo. Su vice presidenta será la ambientalista y feminista, Francia Márquez. En la segunda vuelta, Petro Urrego obtuvo 50.44% de los votos contra 47.31% de su adversario, el empresario Rodolfo Hernández.
El ex guerrillero del M-19, ex alcalde de Bogotá y ex senador ha planteado sin tapujos que “viene un cambio de verdad”. Luego de que la sociedad colombiana ha vivido bajo regímenes de derecha a lo largo de su historia, el cambio es lo menos que se espera, pero también lo más necesario.
El triunfo de la izquierda colombiana se enmarca en una nueva ola de gobiernos nacionalistas de centro-izquierda y de izquierda en América Latina, producto del hartazgo social por la desigualdad, el estancamiento económico y la represión política que ha sufrido la sociedad latinoamericana bajo los últimos gobiernos derechistas.
Así, aparecen desde 2020, Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile. Además, Lula da Silva, parece tener amplias posibilidades de regresar al gobierno brasileño en octubre próximo.
Como ha sucedido en los países arriba mencionados, el caso de Colombia no es la excepción, y Gustavo Petro ha moderado algunas de sus posiciones a fin de acercarse mayores preferencias electorales.
De todos modos, sus principales propuestas de gobierno no parecen alejarse demasiado de realizar un cambio al sistema económico del país, llevar a cabo una reforma agraria, generar mayores ofertas de trabajo desde el gobierno para quienes no lo encuentren en el sector privado, defender el acceso de las mujeres al aborto, garantizar los derechos de la comunidad LGBTQI+ y terminar con el enfoque prohibicionista de las drogas.
A partir del 7 de agosto con una importante presencia en el Congreso Nacional, pero sin asegurar la mayoría, con una derecha reaccionaria en contra y una sociedad polarizada, el nuevo presidente de Colombia deberá hacer lo necesario para convertir sus propuestas y promesas de campaña en acciones de gobierno.
Sin duda, los principales retos del nuevo gobierno cruzan por la pobreza que afecta a 39 por ciento de los 50 millones de colombianos, el desempleo que alcanza 11 por ciento, la informalidad de 45 por ciento, el combate a los cárteles de la droga y la urgente pacificación de varias regiones del país.
A querer o no, lo que hizo la derecha en Colombia durante décadas fue minar el tejido social y llevar a la urgencia económica a millones de ciudadanos.
Hoy por hoy, lo que debe hacer la izquierda es revertir el daño histórico propinado por la derecha en el país sudamericano.
Al tiempo.
