El cine, una herramienta de transformación de conciencias: Diego Luna en el FICG 37

 

Al participar en un panel en el marco del Premio de Cine Socioambiental que impulsan el MCA y el FICG, destacó que el cine contribuye a cambiar realidades

El cine debe de seguir promoviéndose como una herramienta de cambio, ya que son muchos los creadores que cuentan historias y piensan que hace falta modificar la narrativa para llegar a públicos más profundamente, y que las historias cuenten lo que la gente necesita escuchar para activarse.

Esto lo expresó el actor Diego Luna, productor ejecutivo del cortometraje animado Agua, durante el panel “Agua, cine y el día después”, dentro de las actividades del Premio de Cine Socioambiental que impulsan el Museo de Ciencias Ambientales (MCA) de la UdeG y el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) 37.

“Hacemos estos cortos porque creemos que la información ha estado ahí mucho tiempo y parece no conmovernos, parecemos indiferentes, normalizamos la violencia, los abusos, la impunidad y la desigualdad, y de pronto una historia puede volvernos más sensibles y empáticos ”, declaró.

El actor y director mexicano habló de la asociación civil El Día Después, de la cual, además de servir como vínculo entre la sociedad, las organizaciones y las agrupaciones civiles hacen piezas que salen a encontrar públicos, y que ese público salga con ganas de involucrarse en algo.

“Decidimos el tema del agua por el trabajo que se está haciendo por parte de organizaciones. Se vuelve indispensable sumarse para potenciar el tema y reaccionar antes de que sea demasiado tarde. Si cuentas historias tienes una herramienta poderosa para cambiar tu realidad y transformar las vidas de otros”, subrayó Luna.

Al hablar sobre el corto Agua, que es presentado en cada una de las cinco películas concursantes al Premio de Cine Socioambiental, María González, del Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (IMDEC, AC), explicó que desde su organización tienen muchos años acompañando a comunidades campesinas, indígenas y urbanas que viven afectaciones por el agua. Para llegar a concebir este cortometraje se escuchó la voz de muchas personas, de organizaciones y de quienes defienden a la madre Tierra, el agua y la naturaleza.

“Esa gota que vemos en el cortometraje nos significa la vida o la muerte, y es algo de lo que tenemos que ser conscientes. Este cortometraje es un llamado a la acción, qué podemos hacer todas y todos; pero también es una alerta y es importante compartir lo que los gobiernos no nos dicen, lo que las empresas ocultan”, aseveró.

Dijo que hablar de la mafia del agua es hablar de los gobiernos que permiten que el agua sea acumulada en pocas manos, de que no hay leyes que redistribuyan equitativamente el líquido y que permitan que vengan empresas trasnacionales, que contaminan, generan enfermedad y muerte; así como de grandes empresarios que conciben el agua como mercancía y tienen un interés para sus grandes negocios.

“Estamos viviendo una emergencia climática, hídrica, una crisis en materia de agua. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, 2 mil 200 millones de personas en el mundo no tienen agua, en Mexico son 12 millones y en esta ciudad 400 mil. Se vive un nivel de desigualdad en el acceso y distribución del agua. Sí hay agua en el planeta, pero no está distribuida de manera equitativa”, apuntó.

Gabriela Loaira, productora e integrante de El Día Después, compartió que en este tipo de producciones lo primero es asumir que no se es experto en los temas y que hay organizaciones que llevan años dedicados a esa labor; lo primero es encontrar a esas personas y asociaciones expertas para que guíen y poner las necesidades de la organización como prioridad.

“El director debe ponerse como herramienta para las organizaciones. El objetivo de estas piezas no es un festival o plataformas de paga; van a redes. El objetivo es que la gente lo vea, que se involucre, y siempre van acompañadas de un llamado a la acción”, indicó.

Jorge Gutiérrez, productor ejecutivo del cortometraje, comentó que no está tan acostumbrado a involucrarse en proyectos tan nobles y que fue una experiencia increíble pensar que este corto vivirá más que todos los participantes, crecerá dentro de la mente de las personas de todo el planeta.

“El cortometraje cuenta una historia complicada, que emocionalmente tenía que ser simple, que es lo más difícil de la animación; ideas profundas que se puedan comunicar rápido; eso fue muy complicado”, compartió.

El moderador del panel fue el Director del MCA, doctor Eduardo Santana Castellón, quien compartió las similitudes de los museos con el cine.

“El museo es similar al cine, en el que ya no es transferir conocimiento, sino generar sensaciones, emociones y sentimientos que lleven a la persona a la acción. Un cortometraje como Agua toca corazones, almas, e incita a la acción”, indicó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.