El acecho a la democracia

PERSPECTIVA21

Verónica Juárez 

El mensaje que envió el presidente López Obrador al conceder un trato especial, en el marco de la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, dos de los mandatarios más cuestionados en la región por sus constantes violaciones a los derechos humanos y a la democracia; es sumamente preocupante.

De manera inusitada, Díaz-Canel, cuyo gobierno, recientemente, fue acusado de reprimir violentamente protestas en su país por las irracionales restricciones de productos básicos, en el marco de la pandemia; fue el único mandatario extranjero invitado a la ceremonia del grito de la independencia.

Pero lo más sorprendente fue la exigencia de Andrés Manuel, a Estados Unidos, para que cese el bloqueo económico a Cuba. La demanda en sí misma no fue lo que sorprendió, varios presidentes mexicanos lo han hecho en el pasado, sino por el contexto en que se dio, en donde el festejo patrio pasó un segundo plano.

Más que un gesto de solidaridad para ambos países frente a los embates de Estados Unidos, es un respaldo explícito a dos mandatarios que enfrentan serios cuestionamientos en sus países por la falta de respeto al Estado de Derecho.

Es un grave error en materia de política exterior, no por las reacciones de Estados Unidos, que al final de cuentas sabe que, en los hechos, AMLO se ha subordinado a sus dictados, tanto de Trump como de Biden, como lo ejemplifica la militarización de la política migratoria en nuestro país; sino porque tanto Maduro como Díaz-Canel, representan regímenes autoritarios que se han sostenido pasando por encima de la democracia, reprimiendo opositores y violando de manera fragrante los derechos humanos.

Justamente por estas razones, además de los serios problemas económicos que enfrentan ambas naciones y por las restricciones inhumanas a la población mientras las élites políticas se enriquecen al amparo de la corrupción; es que cientos de venezolanos y cubanos forman parte de las caravanas de migrantes que actualmente buscan cruzar México para intentar llegar a Estados Unidos.

Así que, mientras la Guardia Nacional reprime a los cubanos y venezolanos migrantes en nuestro país, el presidente mexicano apapacha y defiende a Nicolás Maduro y a Díaz-Canel.

Con estas acciones México no envía, de ninguna manera, un mensaje de unidad en América Latina y el Caribe, ni se coloca como líder fuerte para aglutinar los esfuerzos por resolver los graves problemas de estas dos regiones, como pretende López Obrador; sino que defiende, apuntala y respalda gobiernos acusados de violar los derechos humanos de sus connacionales y de perpetuarse en el poder mediante la vulneración de los principios democráticos.

No es una decisión sensible ni inteligente. No es sensible porque desconoce los justos reclamos de venezolanos y cubanos contra sus respectivos gobiernos; y no es inteligente, porque, nos guste o no, los problemas de América Latina y el Caribe, no se resolverán sin el concurso de Estados Unidos.

Tan es así, que el propio López Obrador ha pedido a Estados Unidos invierta miles millones de dólares, y respalde su programa de siembra de arbolitos, en Centroamérica, para detonar las economías locales, crear fuentes de empleos y arraigar a los migrantes en sus regiones; lo que, por supuesto, ha sido ignorado por

Estados Unidos que en este momento tiene otras prioridades globales y que, en el último de los casos, sabe que el presidente mexicano no dudará en acatar cualquier instrucción que le dé para contener la migración ilegal.

Pero más allá del mensaje que López Obrador pretenda dar en el ámbito de la política regional, lo cierto es que actos como estos ratifican las acciones que ha llevado a cabo en México desde que asumió su mandato, que atentan contra la democracia, el Estado de Derecho, la división de poderes, el federalismo y los derechos humanos.

Pero López Obrador debe ser consciente que México no es Cuba, mucho menos Venezuela. Está equivocado si piensa que puede ir a contracorriente de los anhelos democráticos de las y los mexicanos, que han demostrado su fortaleza para enfrentar cualquier acecho a la democracia.

Militante del PRD Jalisco

@juarezvero

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