ESCAMOCHA
Pepe Díaz Betancourt
Los estragos de la tala de árboles en la zona Metropolitana de Guadalajara son incalculables e indignantes, han menudeado los pretextos para realizarla sin recato alguno y las administraciones municipales han sido cómplices activos y pasivos de la depredación de masa vegetal en todas las zonas urbanas posibles.
En los códigos territoriales existen prohibiciones expresas para no dañar el arbolado urbano, pero no son respetados, obviados por «mágicos» impulsos que nadie entiende pero que tras cada proyecto donde aparece plasmado un árbol, con la obra terminada ya no aparece.
La corrupción como en muchas áreas relativas al sector urbano impera en contra de los árboles, la eliminaciòn de un típico árbol tapatío implica que .se dejan de procesar hasta 150 kilos de CO2 por año y en conjunto agravan el tema del calentamiento, primera causa de las lluvias e inundaciones fuera de lo común, esas que para toda excusa les llaman atípicas.
La semana pasada dos hechos fueron notorios por medio de reportes noticiosos, en Central Park e Iconia pero la tala silenciosa e incesante por todos los rumbos de la ZMG es la más dañina,
Para desarrolladores y autoridades, convendría-como corresponde a una ciudad importante – impulsar aquí las tendencias contemporáneas del urbanismo e incrementar la diversidad contra el Cambio Climático, es cuestión de hacer cálculos, eso también deja plusvalía.
PILÓN
Impresionante el esfuerzo civil para la búsqueda de personas desaparecidas a lo largo y ancho del país, familias enteras han adquirido los conocimientos criminalísticos básicos para encontrar restos humanos de forma más eficiente que las autoridades. Solo puede ocurrir aquí.