Segundo juicio político contra Donald Trump

DIVISADERO/Eduardo González 

 

Aunque ni en sus peores pesadillas el presidente, Donald Trump se hubiera imaginado el final que está teniendo su gobierno, lo cierto es que su aventura en la Casa Blanca no inició bien, empeoró al paso de los años y acabó desbarrancándose.

En estos cuatro años la sociedad estadunidense se quebró, su tejido social se deshilachó, y lo más preocupante de ello, es que con Trump fuera de la Oficina Oval no se garantiza que la polarización política, los enfrentamientos callejeros y el fanatismo de sus huestes disminuya, por el contrario, el trumpismo que no acabó el 3 de noviembre, simplemente está reencausando sus estrategias políticas.

Es precisamente en ese asunto donde se concentra el leitmotiv del impeachment llevado a cabo por los demócratas con el apoyo de diez Representantes republicanos. Más adelante volveremos a ello, primero desahoguemos lo vivido el día de ayer.

Con 232 votos a favor y 197 en contra, Donald Trump se convirtió en el primer mandatario en ser llevado a dos juicios políticos en la historia de Estados Unidos. El motivo: incitar a la violencia.

A pesar de lo votado el día de ayer en la Cámara de Representantes, muy probablemente el proceso en el Senado se llevará a cabo cuando Trump ya se encuentre fuera de la Casa Blanca, y quizá no sea la agenda prioritaria, pues el Senado debe ocuparse de ratificar varios cargos en el gobierno de Joe Biden para que comience a operar la nueva administración.

Aunque el presidente electo, Biden insistió en que el Senado puede llevar a cabo las dos labores simultáneamente, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, afirmó que no hay posibilidad de celebrar un “juicio justo o serio” antes de que el presidente Donald Trump deje el cargo la próxima semana.

Sea como sea, eso no suspende el proceso que deberán concluir los senadores, donde los demócratas necesitarán 17 votos republicanos.

En caso de encontrarse culpable a Trump, los miembros de la Cámara Alta podrían ir más allá y votar por la inhabilitación del republicano para cualquier otro cargo público, con lo cual quedaría fuera de un eventual regreso a la presidencia en 2024.

Además, La Enmienda 14 prohíbe a cualquier “funcionario de Estados Unidos que ha tomado parte en una insurrección o rebelión” ocupar cargo público alguno; sin olvidar, que también perdería los beneficios según la Ley de Expresidentes que incluyen: pensión, seguro médico, presupuesto para viajes de hasta 1 millón de dólares y medidas de seguridad.

Frente a la posibilidad que el proceso de juicio político trascienda la estancia de Trump en la presidencia, las voces vuelven a ser diversas: hay quienes argumentan que un exmandatario es ya un ciudadano común y que la figura del juicio político no está redactada para esos casos.

Otros afirman que el objetivo es lograr que se prohíba al enjuiciado poder aspirar a la Casa Blanca en el futuro.

Ahora vayamos a uno de los principales motivos que subyacen al juicio político: profundizar el descrédito no solo del partido Republicano, sino de los más de setenta millones de votantes que apoyaron la reelección de Trump.

Con ello, buscarían llegar con ventaja a las elecciones de medio término y ampliar su dominio en el Congreso Federal y los Congresos estatales. Todo con la idea puesta en cambiar la mayoría de las políticas de gobierno llevadas a cabo por Trump.

A querer o no, los estadunidenses batallarán para fortalecer su unión una vez que Donald Trump deje la Casa Blanca.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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