Por Eugenia Barajas
En un duelo de egos para pelear por la candidatura de Morena a Guadalajara, se convirtió la cena en casa de uno de lo implicados el pasado lunes 14 de este mes.
Reunidos el anfitrión, Carlos Lomelí con su compañero de partido, Alberto Uribe -quién pidió la reunión- discutieron sobre las opciones de repartirse las candidaturas para Guadalajara y Zapopan.
Lomelí se negó a un «reparto» de los dos municipios alegando que ya los había «trabajado» y no estaba dispuesto a entregarle a Uribe uno de ellos, ya que acababa de regresar de CDMX y nadie lo conocía en las colonias de esos municipios.
Ante los alegatos entre ambos, el doctor le ofreció a Uribe ser el síndico en la planilla de regidores de Guadalajara, o una dirección en la administración a cambio de que no contendiera en ningún municipio.
Los ánimos se caldearon y salieron a relucir, entre gritos, los apoyos de uno y de otro, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
Ambos aspirantes se dijeron ganadores en cualquiera de los dos municipios y ninguno se bajaría de la contienda, ya que la intención sería dejar fuera a uno de ellos en su camino al 2024, por lo que una vez que Lomelí pidiera licencia en Guadalajara para pelear la gubernatura, dejaría a Uribe de presidente interino.
Al final, como no hubo acuerdo, salieron las amenazas y quedaron que ambos pelearán por Guadalajara y serán las encuestas de la dirigencia nacional, las que decidan quién se queda como candidato.
Encuestas en las que solo determinan los resultados, López Obrador, Manuel Monreal y Mario Delgado.
Veremos…
1 comentario
Que gane el mejor. No estaría de más, consideren ir en alianza con el PT ambos partidos de izquierda; esto para asegurar en Jalisco más alcaldías y curules y así lograr
desterrar contundentementee a MC.