¿A dónde vamos? La vida después del COVID

 

La Universidad de Guadalajara (UdeG) y Jalisco a Futuro realizaron el webinar “¿A dónde vamos? La vida después del COVID”.

Nicolás Alvarado, escritor y comunicador, dijo que es el momento de generar reflexiones con respecto a la vida, desde las humanidades.

“La pandemia terminará en 2 o 3 años y eso es rápido en la historia de la humanidad. La verdadera transformación y cambio de paradigma vendrá detrás de esos tres años”, dijo.

“En el libro Virus que nos vuelve locos, de Bernard-Henri Levy, dice que lo que padecemos es el virus del virus: lo que nos lleva a confinar y nos lleva a pensar que es un castigo divino y lo que cuestiona nuestro sistema político”.

“Hoy sabemos que muchas cosas van a cambiar –agregó Alvarado–, ¿hace cuánto que no saludan de beso a alguien que no vive con ustedes, que usan una corbata; hace cuánto no van a una junta, a un bar; o hace cuánto que no ligan?”.

“No es un castigo, tampoco un premio, sino un cambio mundial. Todos los paradigmas tendrán un efecto a la larga, costará vidas, dinero, generará un cambio de hábitos y una reconversión industrial”, subrayó.

En su opinión, la pandemia hará que rompamos patrones como el de besarnos con personas que apenas conocemos o son desconocidos, cuestión que antes del COVID era una convención social.

Y señaló un punto luminoso para después de la pandemia: en EUA perdió Trump, y Biden ganó con muy poco margen. Con ello, los estadounidenses dijeron no a un populista, pero también dijeron que lo viejo tampoco sirve, aunque es marginalmente menos malo, pues su legitimidad es bajísima, por lo que el nuevo presidente estará obligado a hacer algo distinto.

Julieta García, escritora y directora de la revista Este país, dijo que estaba descorazonada. “Yo sólo tengo una intuición dolorosa que me hace pensar que hay una tendencia que el virus ha fomentado y que está impulsando en muchos países y personas”.

“Hay tantos absurdos en eso que me cuesta trabajo desglosarlos para que parezcan sensatos; no lo son. Tiene que ver con algo antes del virus, que es la polarización, y en ese sentido el avance de las ultraderechas, disfrazadas a veces de izquierda”.

“Las grandes corporaciones que pasaban por pequeñas crisis, ahora están creciendo más –abundó García–; los pequeños comercios están tronando y eso parece que no va a cambiar, el virus hace que esto crezca”.

“Estamos perdiendo la esencia que hemos construido después de las guerras, que tenía que ver con solidaridad, afectos, construcción de pequeñas comunidades, grandes logros feministas y de pequeños consumidores; eso se está yendo al caño”.

Resaltó que una parte luminosa para después del COVID es la revaloración de ciertos contactos afectivos: de si poder besar y abrazar a las personas queridas, con las que uno necesita el contacto. En ese sentido, se pronunció porque el afecto físico se logre recuperar.

El escritor Emilio Lezama dijo que hay que ser cuidadosos de achacar a la pandemia ciertos vicios. “Tenemos que analizar por qué nos toma por sorpresa la pandemia. De alguna forma, las guerras mundiales habían quedado en el mundo del pasado, porque si acaso las nuevas guerras se fugaban al mundo del otro, no llegaban a nosotros, desde la mirada occidental”.

“Es interesante cómo pasamos los últimos 40 años imaginando cuál sería la gran crisis que siguiera a la humanidad. Nos imaginamos cosas espectaculares, y decían que los alienígenas serían los que nos destruirían o nosotros mismos, un sistema opresor que desde adentro nos acabaría, una gran tornado o una inundación; tomábamos eso como placer lúdico, el de imaginarnos nuestra destrucción, todo menos una pandemia”, subrayó Lezama.

“Asumimos que hoy más que nunca dependemos del otro para poder salvarnos, que vemos una vacuna porque miles de científicos compartieron información a una velocidad que no habíamos vividos, por eso ahora pensamos en la co-inmunidad de la comunidad”, señaló.

Mencionó que, irónicamente, también ha enseñado que no podemos depender del otro, ante la falta del cubrebocas, de ventiladores y sobre la falta de alimentos y medicinas.

Destacó que también está en la mira de la crítica, aún más, la caída del sistema capitalista y puesto la mirada de Occidente, “que hoy más que nunca se cuestionan”.

En el corto plazo, consideró Lezama, la necesidad más apremiante será que la gente, la que vive en desigualdad y en pobreza, buscará revivir al sistema que estaba antes de la pandemia. La primera inercia será ésa.

“Después del COVID no sé si va a cambiar nuestra sociedad en la parte afectiva. El contacto humano distingue al latinoamericano; somos seres con necesidades afectivas, abrazas y besas hasta a una persona que no conoces”, finalizó.

 

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