La historia del Museo Falológico de Islandia abrió sus puertas por primera vez en 1997 y definitivamente seguirá cumpliendo muchos más. La Faloteca es un tema de familia, fue fundada por el historiador Sigurdur Hjartarson y actualmente es administrado por su hijo, Hjörtur Gísli Sigurðsson.
Ellos han asegurado que el fin principal de su museo es apoyar la falología, ciencia que, como se explica en la página oficial del museo, “ha recibido, hasta épocas recientes, muy poca atención en Islandia, salvo que como campo de estudio al margen de otras disciplinas atención meritoria, excepto como apéndice de otras disciplinas como la historia, el arte, la psicología, la literatura y otros campos artísticos como la música y el ballet”.
Desde la web oficial también se puede extraer que “gracias a La Faloteca Islandesa, los individuos interesados pueden por fin emprender un estudio serio en el campo de la falología de manera organizada y científica”.
Ubicado en el centro de la capital islandesa, a pocas cuadras de la catedral Hallgrímskirkja, el Museo Falológico de Islandia es uno de los más visitados del país, de hecho, en los últimos tres años es el lugar más visitado por turistas chinos en Reikiavik. Sí, los chinos van más al Museo del Pene que a las cascadas o a la playa negra donde se grabó Game of Thrones. En fin, el tema es que son miles las personas que durante todo el año visitan este museo que tanto se ha viralizado en internet en distintos portales.
Muy alejado de lo que uno podría imaginar, el Museo Falológico de Islandia es un museo serio que explica las razones de las formas, tamaños y características de los más de 200 penes en exhibición que incluyen penes humanos.
El valor de su entrada es de mil coronas islandesas, con la cual tienes derecho a ver todo lo que se expone y también a unas libretas informativas que te explican cada pene.
Pero no todo en el museo son penes en frascos, sino que también hay unas secciones en donde se puede apreciar, por ejemplo, los cultos al pene alrededor del mundo. En esta parte del museo se pueden encontrar todo tipo de objetos fálicos, o que rinden cierto culto al pene, que han sido donado por los mismos visitantes del museo.
La variedad de objetos es increíble. Llama la atención, por ejemplo, que la selección nacional de Handball de Islandia haya donando réplicas de los penes de todos los seleccionados luego de obtener el segundo lugar en los Juegos Olímpicos de Beijing, o también ver que existen documentos firmados por personas que han acordado legalmente donar su pene después de morir.
