Deshielo de los glaciares de los Alpes permite hallar tesoros ocultos

Un pequeño grupo de personas escaló como pudo las empinadas laderas de un glaciar alpino en busca de cristal de roca. La escena sucedió hace 9 mil 500 años, cuando estos hombres del Mesolítico utilizaban este preciado material para fabricar herramientas.


Esta es una de las tantas deducciones a las que han llegado los arqueólogos que han podido excavar en este lugar extremo, gracias al deshielo de los glaciares alpinos, que saca a la luz objetos que habían permanecido protegidos por el hielo desde hace casi 10 mil años.

Aunque no se alegran de los efectos devastadores del calentamiento global, los investigadores admiten que les ha brindado una “oportunidad” para llenar los enormes vacíos sobre la vida en las montañas hace varios milenios.

“Hacemos hallazgos fascinantes que nos abren una ventana a una parte de la arqueología a la que normalmente no tenemos acceso”, explica a la AFP Marcel Cornelissen, quien lideró la expedición a estos vestigios del Mesolítico a 2 mil 800 metros de altitud, cerca del glaciar Brunifirm en el cantón suizo oriental de Uri.

“Una excepción”

Hasta los años 1990, se pensaba que los hombres prehistóricos apenas se aventuraban en las altas montañas. Todos recuerdan a “Oetzi”, el cuerpo perfectamente conservado de un cazador de hace 5.300 años hallado en 1991 en Austria y que se creyó que era una excepción.

Sin embargo, los descubrimientos han revelado que los Alpes fueron visitados desde hace milenios.

“Ahora sabemos que la gente subía montañas de hasta 3 mil metros en busca de cristales y otras materias primas”, explica un arqueólogo del cantón de Uri, Christian auf der Maur.

En el paso de Schnidejoch, en los Alpes suizos, a más de 2 mil 700 metros de altitud, se encontró un carcaj (una especie de funda para flechas) de corteza de abedul, que se fabricó alrededor del 3 mil a. C., lo que confirma la riqueza de este lugar.

Posteriormente se descubrieron unos pantalones de cuero y unos zapatos pertenecientes al mismo cazador, junto con cientos de otros objetos, algunos de ellos de 6 mil 500 años de antigüedad.

Ayuda de los excursionistas

Nicod se enteró de un descubrimiento de dos excursionistas italianos, que en 1999 se encontraron con una escultura de madera en el glaciar Arolla, a 3.100 metros de altitud. Una vez limpiada, la escultura de un metro de alto terminó en la pared de su salón.

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