HACIENDO ADOBES/ Miguel Zárate
Ni tardos ni perezosos no pocos se tomaron en serio la “reactivación” política y, sin medir los efectos, se pusieron ya en el arrancadero con destapes y todo con miras a la elección del año que entra.
Similar al fenómeno que se vive nacionalmente en el que desde el presidente para abajo todo mundo está entrando ya en precampaña (¿y la ley qué?), en Jalisco nadie se quiere quedar atrás.
Vamos, se sabe bien que los informes municipales a los que la verdad nadie prestó atención, de alguna manera han servido para promoción política de sus titulares o del partido al que corresponden.
El “segundo” informe, además, suele o solía ser importante ya que para el tercero ya habrán pasado las votaciones. Así que en la zona metropolitana unos por la reelección y otros por encaminarse a otra posición, parece que para nada se acordaron de la realidad que vivimos.
Mientras se inició una especie de pasarela de los aspirantes o ya predefinidos candidatos, poco se recordó, por ejemplo, que nuestra ciudad vive aún en una infame situación de seguridad (en Guadalajara el 84 por ciento aún se siente inseguro), que se siguen sumando feminicidos, trágicas desapariciones, homicidios, robos, asaltos a mano armada hasta en restaurantes, y ni qué decir del desplome en la exigencia para mantener protocolos de sanidad en el transporte, en área públicas, en comercios, en todas partes.
Se antoja frívolo que, ante la persistente pandemia y los múltiples problemas y carencias de la urbe, se efectúen onerosas campañas publicitarias para fortalecerse -Incluso en la publicidad en las pantallas de cine vemos a algunos- o que ya se lleva a cabo una serie de actividades y hasta soterradas disputas entre los postulantes a cargos públicos futuros.
¿Quién dudaría que Lemus trabaja ya no para Zapopan sino para Guadalajara y hasta piensa en el 2024? ¿quién no conoce que Ismael pretende confirmarse quizá ante los amagos, casi escarceos, de Alberto Uribe quien ahora presume de ser muy independiente, así como incluso del fuego amigo y naturalmente de las nuevas corrientes?
Hay que ver la manera en que ya en todos los municipios se empiezan a sumir en la lucha, los posicionamientos, la búsqueda de apoyos y respaldo político, entre prematuros aspirantes, entre partidos y también entre ellos mismos.
Y cómo no va a suceder todo esto si desde Palacio Nacional se han lanzado sendas campañas de imagen pública como la innecesaria consulta sobre “¿quieres a los expresidentes en la cárcel?” que sería parecido a si preguntaran si quieren a Hitler en el cielo o en el infierno.
Pues por supuesto que hay ánimo popular contra aquellos y más ganas de incitar para sacar provecho, aunque, a la hora de la verdad, quién sabe si esto será realidad y, sobre todo, si tendrá algún fundamento que le dé soporte jurídico.
De no ser así, si la Corte va en otro sentido, el fracaso será mayúsculo.
En su escala local, el gobernador Alfaro hace su parte, intenta darle la fuerza a Ismael al que le ha regateado luz propia, se adueña hasta de lo que no es suyo o de su iniciativa: la línea 3 del tren, por ejemplo, aunque mejor sería ir en apoyo de los cientos o miles de comerciantes y vecinos que se vieron tan afectados.
Naturalmente que los informes son importantes y por ello son obligación de los gobernantes. Empero, esta vez no lucieron ni sirvieron para mayor cosa ya que en una contingencia las prioridades están en otra parte y el debate político al menos no debería desatarse de tal manera.
No hay duda, los tiempos se han adelantado más de la cuenta y eso que faltan casi diez meses para emitir sufragios.
Mientras, ahí siguen empecinados aquellos que se aprestan a salir del arrancadero, pese a que, en el país, en el estado y en los municipios, la realidad sigue siendo lacerante y deja casi indefensa ante sus carencias y urgencias a una población que hoy no ve colores ni partidos, mucho menos “caballadas” de suspirantes grillos, sino la necesidad de enfrentar cada día sus agudos problemas.
