La insostenible pasividad para frenar delitos contra las mujeres y las niñas 

ESCAMOCHA/José Díaz Betancourt

Si existen personas que obsesivamente creen no tener problemas, significa que si los tienen.

Si hay un gobierno que sostiene que investigar el asesinato de 37 mujeres bajo un protocolo de feminicidio de un universo de 121 que fueron masacradas durante lo que va del presente año es suficiente, es evidente que está tratando de ocultar un problema.

No en vano las organizaciones de mujeres alertas al fenómeno trágico del asesinato de féminas insisten en la existencia de prácticas veladas y abiertas de ocultamiento de este tema de parte autoridades y otras instancias y cúpulas, lo que desde luego encalla en la sociedad en una desinformación atroz.

Las cifras son contundentes, en diversos observatorios se ha consignado que la violencia contra mujeres creció significativamente durante los tiempos de confinamiento en México, el Sistema Nacional de Seguridad Pública admitió un incremento hasta del 56 por ciento en las llamadas de emergencia relacionadas con la violencia contra las mujeres, lo que ha venido aumentando durante la crisis de la pandemia.

Tan solo en un día durante la semana reciente se registraron tres asesinatos de mujeres en la zona metropolitana, mientras se esclarecía la indignante muerte de Elsy la niña aparecida muerta en un cañaveral de Tala. Y contando.

PILÓN

En el asombroso caso del agua turbia de la ciudad de Guadalajara y municipios aledaños habrá que aplicar una acuciosa prueba de campo y formar una comisión que obligue a todo aquel que diga que ese líquido es apto, a que use el agua café en sus necesidades cotidianas. Como aquel funcionario que dijo que el Río Santiago se le hacía chiquito para hacerse un buche  de agua.

Periodista, docente y coordinador de diplomados en periodismo en la Universidad de Guadalajara y el ITESO

@pepediazjose

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