CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla
Hace 70 años el cineasta Luis Buñuel retrató en su película “Los Olvidados” la realidad que padecía un amplio sector de la sociedad mexicana: pobreza, falta de oportunidades, violencia intrafamiliar, promiscuidad, ausencia de valores, hacinamiento, lo cual orilla a los jóvenes a la delincuencia debido a la falta de un futuro basado en la educación, pero sobre todo sin apoyo y orientación de la familia.
Recientemente se estrenaron dos películas en la plataforma Netflix que abordan el mismo tema y que obligan a la reflexión “Ya no estoy aquí” y “Chicuarotes”, donde los protagonistas padecen las mismas circunstancias de vida que retrató Buñuel.
Y los números son contundentes, según lo muestra el Inegi, en la actualidad la permanencia en la escuela es el principal reto que viven los adolescentes en el ámbito educativo. En México, 3 de cada 10 adolescentes de 15 a 17 años se encuentran fuera de la escuela; principalmente para ayudar a sus familias.
Esto sucede más a menudo en los hogares con menos recursos. Sólo 4 de cada 10 adolescentes en situación de pobreza extrema continúan estudiando después de la secundaria.
Adicionalmente, dos problemas que afectan particularmente a este grupo de edad son el embarazo adolescente y el matrimonio temprano.
En el país, 77 de cada 1,000 adolescentes son madres; en 48% de los casos, ese embarazo no fue planeado. Al mismo tiempo, en 2014, 1 de cada 10 adolescentes de entre 15 y 17 años se encontraba casada o mantenía informalmente una unión de pareja, situaciones que pueden afectar negativamente su permanencia en la escuela.
Por otra parte, la organización internacional “Save the Children” en su informe de 2019 da a conocer que se estima que seis de cada 10 niñas, niños o adolescentes mexicanos afrontan en sus hogares métodos de crianza vinculados con algún tipo de violencia física o verbal que causan daños de autoestima o lesiones físicas irreversibles.
La situación que padecen los cerca de 40 millones de niños y adolescentes en México es una de las deudas históricas que tenemos como país, aunado a que por estas circunstancias son caldo de cultivo para el crimen organizado, ya que se estima que alrededor de 30 mil menores de edad “trabajan” para ellos.
Tres generaciones de mexicanos han pasado desde el filme de Buñuel, donde el futuro nos alcanzó y en nada fuimos capaces de revertir las condiciones de “Los Olvidados”, al contrario, parece que nos empeñamos en conservarlas ante la omisión de sociedad y gobierno; la pobreza y las condiciones adversas de los niños y adolescente nos matan la esperanza de un mejor país sin que se vislumbren soluciones a corto, mediano y largo plazo.