ESCAMOCHA/José Díaz Betancourt
Será difícil saber de cuantos contagios de Covid 19 es responsable hasta la fecha el transporte público metropolitano y de cuantos más lo será luego del pésimo manejo sanitario, y en general, de la logística del sistema ante una contingencia que lo ha colocado de acuerdo a estudios internacionales en el punto alto de contagios de un virus como el que nos ataca desde finales del año pasado.
Por el momento más unidades del transporte público se encuentran cumpliendo una estricta cuarentena a diferencia de muchas personas que no han podido recluirse en su casa ante la necesidad imperiosa de acudir a trabajar y para ello se hacinan cotidianamente en el transporte público y es que las empresas han guardado las unidades o han distribuido las corridas de los camiones de tal forma que los pasajeros viajan amontonados todos los días de la semana laboral.
El ahorro de combustible, de operación y otras argucias “ para no perderle” se cruzan en una nube negra de corrupción y anomalías junto con alcancías que roban, concesiones obscuras, el remate de la empresa de servicios y transportes y autorizaciones a la tarifa que, en medio de la contingencia los usuarios no tienen la capacidad de resistir y cuestionar.
Así que, aprovechándose de la pandemia y la aparente distracción de las autoridades el gremio camionero demuestra una vez más su ausencia de solidaridad para con los ciudadanos en momentos difíciles.
Apostilla
Víctimas de la epidemia y de la ingesta de alcohol adulterado rebasan las cien personas en cada uno de esos sucesos trágicos, fenómenos fatales que iniciaron casi a la par, cada uno sigue su propia curva en ascenso pero al parecer sin una atención equivalente.
