Permiten dar paseos fuera de prisión al caníbal alemán que se comió a su amante

Armin Meiwes, conocido como el ‘canibal de Rotemburgo’, devoró en 2001 a un hombre de 43 años, que le dio su consentimiento, empezando por sus genitales

El alemán Armin Meiwes, sentenciado a cadena perpetua por comerse literalmente a su amante, el ingeniero berlinés Bernd Jurgen Brandes, hace casi 20 años, puede salir de prisión para dar paseos cortos acompañado de dos agentes, reveló al diario Bild un investigador de Policía. «Por motivos de seguridad lo llevamos a otro estado federal. Ahí se le permite pasear por la ciudad», señaló.

La fuente del medio detalló que a Meiwes le proporcionan un sombrero y gafas de sol para ocultar su identidad. El abogado del caníbal, Harald Ermel, comentó a Bild que su cliente era un preso ejemplar, trabajaba en la lavandería y asistía a los servicios religiosos.

«Amigable, extrovertido, educado»
«Sigue siendo amigable, extrovertido, educado. Los funcionarios de la prisión dicen que, en teoría, su puerta podría quedar abierta todo el día y no pasaría nada», afirma el letrado, que califica a su cliente de «absolutamente manejable» y asegura que es «uno de los pocos prisioneros con los que no hay problemas».

El abogado también ha revelado que Meiwes ha conocido a una mujer con la que ha entablado una relación y que ya está haciendo planes de futuro esperando llevar una vida anónima tras su liberación.

Sentenciado a cadena perpetua en 2006, durante su último juicio, en 2018, el tribunal dictaminó en contra de su liberación anticipada debido a un «pronóstico desfavorable». A principios de este año la Fiscalía de Fráncfort solicitó su liberación anticipada, pero el tribunal de distrito de Kassel todavía no se ha pronunciado sobre esta solicitud.

El macabro crimen
Conocido como el ‘canibal de Rotemburgo’, Meiwes contactó con su víctima por internet en 2001 y ambos organizaron su primera y última cita, de cuyo desenlace ambos eran plenamente conscientes. Meiwes dejó claro desde el principio que estaba buscando a un joven para comerse su cuerpo y el ingeniero berlinés, con gustos sexuales violentos y perversos, se ofreció voluntariamente y viajó a una localidad cerca de Rotemburgo donde vivía el Meiwes, al que pidió que le cortara primero el pene.

Meiwes siguió adelante con su macabro plan y, después de que Brandes tomara 20 píldoras para dormir y mucho alcohol, cortó sus partes íntimas mientras aún estaba consciente, y se las comió fritas. Luego mató al hombre de una puñalada en el cuello y separó la carne de sus huesos para comérsela en los meses siguientes, descuartizando el cuerpo.

El caníbal lo grabó todo en video y, más tarde, confesó que se masturbaba viendo aquella cinta de varias horas de duración. El magistrado sostuvo que al comerse al hombre Meiwes quería establecer «la unión más estrecha posible» con él.

A día de hoy, el ‘canibal de Rotemburgo’ no se arrepiente de nada y no opina que haya hecho algo malo, aunque con el tiempo se volvió vegetariano.

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