ESCAMOCHA/José Díaz Betancourt
Si usualmente las grandes y medianas ciudades no pueden con ellos es improbable que en esta temporada de vigilia obligada las metrópolis puedan atender a la población denominada en “situación de calle”.
Cifras ambiguas pero que revelan un crecimiento sólido y sustancial del número de personas en situación de calle en la ciudad de México nos confirman su avance en otras ciudades mexicanas y ahora que se ha destacado tanto la frase “quédate en casa” el escenario es contrastante.
En Guadalajara comerciantes y vecinos del Paseo Alcalde alertaron sobre la aparición de un notable número de necesitados en esa flamante obra donde deambulan, usan esquinas y jardineras para vivir temporalmente y solicitar ayuda, solamente para subrayar un escenario metropolitano con este problema, no de aspecto sino de injusticia.
La contingencia hizo reaccionar a las autoridades para atender esta problemática pero en algunos casos no hizo más que trastocar algunos equilibrios especialmente en colonias como ocurrió en algunas rumbos donde indigentes “adoptados” o tolerados por los vecinos en plazas y mercados fueron ahuyentados por los policías y no hicieron más que agudizar el problema pues pusieron a vagar otra vez a muchos desamparados.
Esta “estrategia” nos revela que no existe una táctica clara ni un estudio profundo sobre el comportamiento de estos flujos de pobreza en las calles.
Apostilla
Como “anillo al dedo” le quedó a los transportistas la disminución de unidades bajo pretexto de la instalación de cajas de cobro automático pues con ello puede optimizar el servicio, la frecuencia de paso es de hasta una hora y cuando pasa el camión va hasta el tope de pasajeros infectados y no infectados, con cubre bocas o sin él y afecta a varias rutas de la ciudad, que además aumentaron el pasaje; sin duda se trata de un descanso a chóferes que huele a despido disfrazado.
Periodista, docente y coordinador de diplomados en periodismo en la Universidad de Guadalajara y el ITESO
@pepediazjose
