Recientemente se llevó a cabo un estudio científico a cargo del paleobiólogo Gregory M. Erickson y sus colegas de la Universidad Estatal de Florida, en el que se planteó tal interrogante. Allí se estudiaron varias de las especies de cocodrilos con algunas de las mordidas más fuertes. El ejemplar con la mordida más fuerte fue el cocodrilo de agua salada.
Erickson, junto a sus colegas, analizó la mordida de 23 especies distintas de cocodrilos. Registrando la fuerza y varios aspectos de cada una de ellas, se llegó a la conclusión de que el cocodrilo de agua salada es el animal con la mordida más fuerte.
La potencia de esta criatura al cerrar sus mandíbulas registró una fuerza de 268 kg por cm2, equivalente a 16460 newtons de fuerza o la presión de 251,77 atmósferas. Lo más sorprendente es que los investigadores afirman que la mordida del cocodrilo de agua salada podría rivalizar hasta con la de su antiguo ancestro y líder en esta cuestión el T-Rex.
Las mordidas se captaron hasta a 5 metros de profundidad en el agua salada y algunas de las especies analizadas fueron cocodrilos del Nilo, lagartos, caimanes y gaviales, entre otros.
Para tener una idea más clara sobre lo que tales cifras significan, una persona hace una presión de entre unos 10 kg por cm2 (equivalente aproximado a 890 newtons de fuerza) para romper un filete de carne vacuna común y corriente.
Incluso si lo comparamos con otros animales como las hienas, los leones y los tigres tienen mordidas similares que llegan a generar una presión de 72 kg por cm2, equivalentes a 4450 newtons). En cuanto a los tiburones, en el año 2008 una computadora logró registrar la mordida de un poderoso tiburón blanco que llegó casi a los 290 kg por cm2 (17790 newtons).
De todas formas, esta cifra es estimativa ya que no se registró la mordida directamente, se hizo de acuerdo los registros realizados en las profundidades, mientras que la del cocodrilo de agua salada sí se registró directamente.
Los científicos sugieren que esta fuerza es la característica más importante de estos cocodrilos para su supervivencia.
En un proceso evolutivo de millones de años, estos seres se las han tenido que arreglar para defenderse y sobrevivir protegiendo sus nichos en las orillas del agua y asegurarse de que nadie más les quite su lugar estratégico.
Erickson también explica que la increíble fuerza de las mordeduras de estos cocodrilos suele venir determinada por la forma de los dientes y de la mandíbula, aunque en el caso del cocodrilo de agua salada la fuerza proviene de todo su cuerpo, de ahí su fuerza sin precedentes.
