La invasión que se aproxima

DIVISADERO/Enrique González Velázquez

Entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990, el gobierno de George H. W. Bush puso en marcha la acción militar denominada Operación Justa para invadir la República de Panamá, y capturar a Manuel Antonio Noriega, antiguo colaborador de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y acusado de narcotráfico.

Luego del descenso de cientos de marines en la capital de país, y de un número indeterminado de civiles y militares muertos, juró como presidente de la República, Guillermo Endara, a quien Estados Unidos reconocía como ganador de las elecciones del 7 de mayo de 1989, en contra del candidato oficial, Carlos Duque Jaén.

Tratando de repetir la historia panameña pero ahora en Venezuela, el presidente, Donald Trump anunció este miércoles la movilización de una fuerza naval militar hacia el Caribe y el Pacífico oriental, compuesta de destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros, con el pretexto de realizar tareas de vigilancia cerca de Venezuela (La Opinión, 1 de abril de 2020).

El aviso se da una semana después de que el Departamento de Justicia norteamericano, en voz del fiscal, William Barr, acusara al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y a varios altos dirigentes chavistas de tráfico de drogas y otros delitos., y se ofrecieran 55 millones de dólares de recompensa a quien ayude a capturarlos.

Luego de la acusación, y antes del anuncio del despliegue militar, el secretario de Estado, Mike Pompeo, presentó el 31 de marzo una propuesta para una “transición democrática” en el país caribeño que contempla la renuncia de Nicolás Maduro, la formación de un gobierno de unidad que organice las nuevas elecciones, del cual quedarían excluidos tanto el actual mandatario como el autoproclamado presidente Juan Guaidó, la restitución de poderes a la Asamblea Nacional y la integración de un nuevo órgano electoral.

Tanto la propuesta de Pompeo, como la movilización militar estadunidense anunciada por Trump carecen de sentido. Por un lado, si a Maduro se les está acusando de narcotraficante, el gobierno de Estados Unidos no puede negociar con él.

Y por otro, la idea de querer imponer el rumbo político de Venezuela a partir de la presión militar (y eventualmente una invasión) por parte de la Casa Blanca, violenta todos los estatutos del derecho internacional y la libre determinación de cada pueblo para enfrentar y solucionar sus problemas de manera independiente.

La narrativa y las prácticas del gobierno de Trump nos indican que la Casa Blanca prepara una invasión a Venezuela. La comunidad internacional no debe permitir que suceda.

Profesor investigador del TEC de Monterrey

@contodoytriques

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