CON CHANFLE/Raúl de la Cruz
Hoy me voy a mantener al margen de los resultados de los equipos locales.
Palmas para el Atlas que ganó su compromiso; Medio aplauso para las Chivas que empataron y el abucheo para los Leones Negros que perdieron.
Sin embargo, hay dos acontecimientos que requieren de profundo análisis.
A los Tigres, los comentaristas de pacotilla y los improvisados les partieron la madre porque no fueron «solidarios» con el Veracruz.
El periodista tiene la obligación, antes de exponer un punto de vista, escuchar las dos versiones.
Los universitarios aseguran que el acuerdo fue de un minuto de paro, mientras que Carlos Salcido, vocero del Veracruz dice que acordaron tres minutos.
En las declaraciones escuché al jugador de los Tigres, Guido Pizarro con voz firme y contundente. A Salcido con voz titubeante y contradictoria.
No obstante, la convocatoria no fue contundente, como lo señalé antes.
El jugador mexicano no tiene conciencia de clase, sólo protesta cuando afectan sus intereses.
Si en realidad desean un acto de absoluta solidaridad no existe otro camino más que el paro nacional. Como ha sucedido en otros países.
En Argentina por una situación similar detuvieron el fútbol, ¡84 días! Aquí desgraciadamente lo veo complicado.
Ahora bien, surge una interrogante: ¿Por qué los jugadores del Veracruz no han acudido a la comisión de controversias de la FMF.
Los federativos los han invitado en reiteradas ocasiones para solucionarles sus problemas de sueldos, pero no acuden. ¿Existe alguna razón?
Por supuesto, en el fútbol mexicano no es un secreto la existencia de los dobles contratos. Es decir, si Carlos Salcido y compañía acuden a la FMF les van a pagar el sueldo estipulado en el contrato registrado. No más.
Por ejemplo, el jugador X de los Tiburones fue registrado con un sueldo de 120 mil pesos mensuales, de los cuales, se le descuentan impuestos. Empero, tiene otro sueldo, jugoso por cierto, que acuerda con la directiva de 300 o 500 mil pesos.
Si acude a la comisión de controversias ese no lo va a cobrar por obvias razones.
En el fondo es un asunto que no han querido atender ni los directivos de los equipos, ni los federativos ni tampoco las autoridades a pesar de que se están cometiendo irregularidades.
¿Entonces, de quién o quiénes son las responsabilidades?
Lógico de la misma federación que permitió que continuara el nefasto de Kuri.
Lo del San Luis y la bronca en su estadio tiene una explicación natural.
Entre la afición existe un malestar generalizado por el despido de Luis Alfonso Sosa y por la contratación de un sinvergüenza que los tiene en el hoyo.
