POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
México tuvo la oportunidad de fijar un paso trascendente en la lucha contra la corrupción e impunidad, tuvo en sus manos la figura y mecanismos muy útiles contra el combate al cáncer gubernamental, sin embargo, como su misma historia lo narra desde siempre, el PRI y sus aliados (PVEM PANAL PES) votaron en contra de la transparencia.
La creación del Sistema Nacional Anticorrupción y la reforma integral en materia de responsabilidades de los servidores públicos es, sin lugar a dudas, una de las discusiones más trascendentales en la historia reciente de nuestra democracia, dado a que representa la oportunidad de combatir uno de los problemas más graves de la nación mediante la reconstrucción y re diseño de nuestras instituciones públicas.
No exageramos si decimos que esta reforma representaba la oportunidad de romper con un pasado que instauró el régimen de corrupción, privilegios y complicidad que tanto daño le ha hecho al país y que tanto ha indignado a los mexicanos.
Desafortunadamente, aunque con esta reforma se han dado pasos innegables en la mejora del marco normativo, como son la redefinición de las faltas graves cometidas por los servidores públicos, como son los pasos para ciudadanizar el Sistema Nacional Anticorrupción, como son los mecanismos de coordinación entre las distintas instancias de fiscalización, como es la inclusión del sistema de adquisiciones y contrataciones públicas, como son las sanciones a los moches y gestiones de obra pública, entre otras, hoy debe decirse claro y fuerte, el PRI negó que los ciudadanos estuvieran informados del patrimonio de sus servidores públicos.
Sin embargo, una parte medular en el debate y aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción era integrar en el texto final la propuesta nacida en la participación ciudadana, más de 630 mil firmas respaldaban una iniciativa muy atractiva y que lamentablemente, el PRI y sus aliados, dejaron fuera de la discusión; simple y llanamente dijeron NO a la transparencia.
Ahora el PRI ha emprendido una campaña de comunicación y publicidad para enmendar el error, para desvirtuar la verdad y han dado varias explicaciones intentando seducir la memoria y la inteligencia humana para deslindarse de la persecución y castigo por parte de la sociedad. El PRI no sabe reconocer sus errores y ha preferido mal informar a la ciudadanía utilizando lo que siempre ha utilizado: algunos medios de comunicación que al mismo tiempo son voceros de la mentira y su desfiguración.
Que se lea bien claro, aunque a los del PRI les duela, desde un principio Movimiento Ciudadano señaló que la discusión del Sistema Nacional Anticorrupción no podía inscribirse en la lógica de las negociaciones partidistas, porque en este tema no se podía subestimar la creciente y legítima intolerancia de los ciudadanos hacia la corrupción, ni su justificable desconfianza hacia la clase política, y mucho menos podía soslayarse la presentación de una iniciativa ciudadana histórica.
Este rechazo a la iniciativa de ley 3 de 3 y la sistemática oposición a presentar declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales públicas, completas y obligatorias, será la gran deuda con los ciudadanos.
